(Bloomberg) --Petróleo Brasileiro SA está buscando deshacerse de una refinería en Texas que ha sido emblemática del escándalo de sobornos en Brasil por alrededor de US$1.000 millones menos de lo que compañía pagó por ella, dijeron dos personas familiarizadas con la transacción.
Petrobras adquirió la refinería de Pasadena por US$1.200 millones en dos transacciones separadas, la última en 2012. Desde entonces, la corte de auditoría de Brasil cuestionó el alto precio, y los investigadores del caso de corrupción conocido como Lava Jato la incluyeron en su investigación. La planta de 100.000 barriles por día ahora fue valorada en menos de US$200 millones, con una serie de pasivos ambientales que reducen su valor, dijeron las personas, que pidieron no ser nombradas porque el proceso es confidencial.
Los grupos de defensa ambiental han dicho que la refinería excede regularmente las normas federales de emisiones.
Petrobras está preparando una lista de alrededor de 40 activos que planea vender dentro de dos años, incluyendo refinerías, dijo el máximo ejecutivo Pedro Parente el 1 de mayo, sin identificar las instalaciones específicas a las que apunta. La compañía ya ha recaudado US$13.600 millones desde el 2015 mediante la venta de yacimientos petrolíferos, oleoductos y otros activos.
Un portavoz de la compañía declinó formular comentarios en un correo electrónico.
Petrobras está vendiendo activos para reducir alrededor de US$119.000 millones de deuda, el mayor monto de cualquier compañía petrolera que cotiza en bolsa, a medida que se esfuerza por reconstruir la confianza de los inversionistas después del escándalo de sobornos y la reducción de su calificación de deuda a chatarra en 2015.
Si bien la nueva lista de activos para la venta incluirá refinerías que fueron citadas como posibles objetivos en el plan de negocios de la compañía, esa idea nunca había avanzado antes, dijo Parente.
La adquisición de Pasadena fue criticada en 2012 justo después de que se realizó el pago final.