(AFP) - A sus 23 años, Phizbarz espera convertirse en la próxima estrella del popular afropop nigeriano, y para darse a conocer y ganarse la vida se apoya en la telefonía móvil, el mayor distribuidor de música en Nigeria.
Twitter, Facebook, Instagram... el joven lagosense (de lagos, capital de Nigeria) inunda las redes sociales con sus vídeos, en los que aparece unas veces como rapero rodeado de atractivas bailarinas y otras vestido de jeque con joyas de oro.
En Nigeria, los artistas se dan a conocer ellos solos desde hace tiempo a falta de un mercado estructurado, impotentes ante el alcance de la piratería que representa la mayor parte de la venta de discos. En las calles a rebosar de Lagos, la capital económica, las copias se venden a los coches entre los paquetes de caramelos, los cigarros y los DVD de los últimos estrenos de cine, también pirateados.
Phizbarz gana apenas "50.000 nairas (163 dólares) al mes", un salario "decente" para un artista nuevo, según él, sacado de lo que recibe gracias a la telefonía móvil. Nunca ha producido un álbum pero ha compuesto un centenar de canciones que se convirtieron en melodías de llamada para los operadores telefónicos. Estos las venden a la unidad y le ingresan una parte de los beneficios, o sea alrededor del 60% a compartir con su sello discográfico.
En la capital africana del ingenio y la creatividad, "hay que impresionar si quieres existir", explica el joven artista, que recorre las calles de la efervescente Lagos en un Mercedes rojo brillante, prestado por su manager.
BOOM DEL INTERNET MÓVIL
Desde hace tres años, existe una revolución en la industria musical nigeriana, gracias a las ventas digitales y sobre todo a la telefonía móvil, generando unos ingresos que no dejan de crecer.
En un momento en el que "la industria musical valía (...) 43 millones de dólares en 2015, esta cifra debería duplicarse para 2020", según un informe del despacho PricewaterhouseCoopers (PwC) publicado a finales de 2016.
Estos buenos resultados se deben a la fuerte penetración del internet móvil en el continente, que ha explosionado estos últimos diez años principalmente en los "dragones" africanos (Nigeria, Kenia y Sudáfrica), estimulando todo el sector del entretenimiento.
Mientras que en Sudáfrica, más comparable con el mercado europeo, las descargas 'online' y el 'streaming' impulsan el crecimiento de la industria musical, Nigeria es un ejemplo de ello: "los ingresos de la música dependen de las melodías y la música de espera", señala PwC.
Ahora, los operadores proponen descargar en el teléfono los nuevos ritmos de la escena musical por unos pocos nairas.
UNA FÓRMULA DE ÉXITO
Los operadores -el gigante sudafricano MTN a la cabeza - detectaron el potencial de Nigeria, país de 190 millones de habitantes donde la música es casi una religión.
Con más de 60 millones de abonados en todo el país, MTN se presenta como "el mayor distribuidor de música", a través de la venta de melodías (a 50 nairas, 0,25 dólares la unidad), y a través de su plataforma de descarga, "MTN Music Plus", que compite con los líderes mundiales de la música 'online' como iTunes.
"Hay muchos músicos con talento en el mercado -(...) que no logran vender su música. Nosotros les hemos permitido rentabilizar su trabajo", explica a la AFP Richard Iweanoge, director general de marketing de MTN Nigeria.
"(...) Es una fórmula de éxito", dice, sin desvelar los beneficios que supone para MTN. "Los nigerianos en realidad tenían ganas de comprar música, solo que no tenían los medios de hacerlo legalmente", añade.
GLAMOUR Y MARCA
Grandes estrellas del afropop nigeriano, como D'banj y Davido, se han beneficiado enormemente de este nuevo mercado. Según PwC, una única descarga puede aportarles hasta 350.000 dólares al año.
Su éxito rebasa actualmente las fronteras nacionales. Los artistas nigerianos se producen en Europa y Estados Unidos, cada vez más seducidos por las discográficas estadounidenses, y sus 'hits' se reproducen en clubs desde Johannesburgo a Cotonou, pasando por Kinshasa.
El éxito de Wizkid, un niño de los barrios populares de Lagos que firmó recientemente con Sony Music, "inspira a millones de nigerianos", apunta Sam Onyemelukwe, director general de Entertainment Management Co.
En un país donde "los jóvenes no encuentran trabajo y no saben que hacer con sus vidas, todos quieren convertirse en cantantes, tener un montón de novias y comprarse un jet privado: es glamour", sonríe Onyemelukwe.
Pero aunque "cualquiera puede grabar una canción por unos miles de nairas y venderla en internet - hay quizás un millón de 'artistas' en Nigeria-, muy pocos consiguen" triunfar, señala.
El joven Phizbarz lo sabe muy bien. Sin descanso, el artista continúa publicando fotos y videos en las redes sociales, invade los pequeños escenarios locales y los estudios de radio, con la esperanza de atraer la atención de los "ogas" (grandes) de la música.
Porque si quiere ser famosos y ganar dinero, el cantante sabe que deberá vender sus títulos pero también "vender su marca". "Hay que conocer a muchos managers, presentadores de radio. Aunque tu sonido sea bueno, lo que cuenta primero es a quién conoces en la industria: es negocio", dice, perspicaz.