Por: Benjamín de la Torre, consultor en regulación económica
En fecha reciente, el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin) lanzó al mercado la app Facilito, con la finalidad de entregar información al consumidor para que este elija la estación de servicio (o grifo) con el menor precio de combustibles. Es decir, el Regulador apostó por la opción de mayor transparencia en el mercado, lo que fomentaría la competencia y redundaría en mejores precios de combustibles para los usuarios finales.
Sin embargo, el mecanismo propuesto no tendrá el efecto deseado por dos razones: la primera, es que se trata de un producto nuevo, que requiere de inmensas inversiones en publicidad para que se posicione en el mercado (hasta la fecha que escribo, sólo se han realizado alrededor de 50.000 descargas, si esta cantidad se cruza con la inversión en publicidad que está realizando Osinergmín, es muy probable que la inversión efectuada por el Regulador no se justifique, considerando que sólo en Lima y Callao circulan alrededor de un millón y medio de vehículos) y la segunda, es el mecanismo de formación de los precios en el mercado de combustibles.
Es evidente, que la mayor parte de las estaciones de servicio (o grifos) tienen poder de mercado, es decir, pueden fijar sus precios sin considerar lo que suceda en otros grifos. Esta situación se explica por diferentes factores, por ejemplo, ubicación de los grifos (un grifo puede estar frente al otro, pero no es posible cruzar al otro, sin tener que realizar una enorme recorrido), congestión (la creciente congestión vehicular que existe en Lima hace muy costoso movilizarse a otra estación de servicio, por lo tanto, el consumidor no tiene muchas opciones para elegir y usualmente frecuenta los mismos grifos), promociones de los grifos, hábitos de consumo de los choferes de vehículos, entre otros. De esta forma, estos “otros factores” le dan posibilidad da las estaciones de grifo de establecer precios por encima de otros, sin que esto influya en sus niveles de demanda.
Este escenario se torna más complicado aún, si se tiene en cuenta que no todos los grifos presentan la misma calidad de combustibles, se puede buscar la opción más “barata” pero a la larga le puede resultar más costosa por la calidad de la gasolina. Y este es un factor importante a tener en cuenta, al momento de buscar el “grifo más barato”. Existe la percepción del consumidor que acceder a gasolina de menos costo, le puede acarrear problemas de calidad.
Similar situación se da en el caso de las refinerías que existen en el Perú, Relapasa y de Petroperú. Ambas usualmente fluctúan sus precios según el comportamiento del mercado internacional, sin embargo, este mercado presenta dos características fundamentales. En primer lugar, no se observa que existiera una competencia en precios entre las refinerías, como prueba de ello, es que Relapasa puede colocar un precio por encima que el de Petroperú. Un segundo dato, es que en promedio no todo el porcentaje de las reducciones en el precio del petróleo se transfieren a los usuarios finales, por ejemplo, entre los años 2014-2016, el precio del barril WTI cayó alrededor de 55%, pero el precio del galón de gasolina de 84 octanos en planta sólo cayó 34% durante esos años.
Es decir, en la práctica, los precios en el mercado mayorista y minorista (en mayor parte de los casos) de combustibles, no se forman, en estricto, por condiciones de oferta y demanda. En ambos mercados, las empresas fijarían sus márgenes de ganancia (el mismo que puede incrementar cuando la cotización internacional del petróleo disminuye) y el precio, debido a que la competencia es bastante limitada y la demanda no presenta sustitutos.
Por esta razón, la estrategia del Regulador orientada a brindar mayor información a través de Facilito es insuficiente para el mercado y no tendrá ningún efecto en el corto o mediano plazo. En ese sentido, y para garantizar la competitividad del país, resulta urgente que el Osinergmín defina y ejecute políticas regulatorias (o en su defecto proponga cambios normativos, si fuera necesario) que ataquen el problema de fondo de este mercado que es los niveles de competencia a nivel mayorista y minorista de combustibles. De lo contrario, los usuarios tendremos que resignarnos a pagar uno de los combustibles más caros del mundo.