María Rosa Villalobos

Per se, la idea del nuevo Ministerio de Infraestructura no tendría por qué ser negativa. De hecho, en los últimos años se han creado nuevas instituciones como el Mincetur en el 2002 o el Midis en el 2011. Opiniones aparte, hoy ambas instituciones juegan un rol importante en nuestra sociedad y economía. ¿Por qué ha generado críticas esta idea del Ejecutivo? La situación se asemeja a nuestra preocupación por el gasto público: no se trata de que no haya dinero, se trata de cómo se gasta.

Según el proyecto que el Ejecutivo ha enviado al Congreso, el Ministerio de Infraestructura fusionaría a 13 unidades ejecutoras ya existentes en el aparato estatal. En mi conversación con el ministro Arista la semana pasada, aseguró que, si se crea, la nueva entidad no concentraría la mayor cantidad de presupuesto y tampoco sería tan grande como se especula. No al menos al inicio.

Según Arista, los proyectos más importantes/urgentes –como la construcción de hospitales– serían los que pasarían en primera instancia a esta nueva entidad.

Y aunque eso podría incluirse en el documento más adelante o en su reglamento, por ahora no está escrito en el proyecto de ley. Y justamente por ello, realizar la cuantificación del presupuesto que concentraría el nuevo ministerio es complicado hasta para el MEF. Se trataría de una institución importante, sin duda, y concentraría probablemente más de S/10 mil millones. Más allá de las cifras, la presencia de acciones de control y la elección de perfiles es crucial para descongestionar correctamente el sector infraestructura.

Pero, además querido lector, no nos olvidemos de las facultades creativas legislativas, que por lo general nos aseguran horas de suspenso, drama y hasta comedia. Si hay alguna certeza sobre la creación de un nuevo ministerio, es que nada está dicho.

María Rosa Villalobos Editora de Economía y Día 1