"Ni la libertad ni la competencia operan como las varitas mágicas de los cuentos de hadas. Hay que hacerlas funcionar, sin bajar la guardia y saliendo al paso con resolución contra aquellos que las desnaturalizan o violentan. Manteniéndose alertas contra las trabas, amenazas y conjuras que siempre, y de las maneras más sutiles y variadas, surgirán en su seno". Con estas palabras Mario Vargas Llosa concluía, a mediados de 1991, un texto, “El oscuro vidriero”, que constituye un resumen espléndido del fundamento ético del sistema democrático y de la libertad implícita en él.
Siguiendo esa idea, al Indecopi le corresponde hacer uso de los diversos instrumentos puestos a su disposición por la ley para lograr que la libre competencia sea una realidad, removiendo los obstáculos que la restrinjan. Entre esos instrumentos destaca el Programa de Clemencia, cuya eficacia para combatir a los cárteles ha quedado acreditada (Borrel et al. 2014).
Es una afirmación ratificada empíricamente que los cárteles constituyen la más grave de las formas de corromper la libre competencia. Todo cártel es un acto ilegal y sus participantes asumen tal riesgo debido al beneficio ilícito que esperan obtener. También conocen que dicho acuerdo se sostiene en una base endeble: la palabra de quien viola la ley y, como se sabe, entre ladrones, no hay honor.
En este escenario aparece el Programa de Clemencia, mediante el cual se ofrece un incentivo al integrante de un cártel (a través del perdón de la sanción, total o parcial) a cambio de pruebas que permitan sancionar una conducta anticompetitiva. Se busca romper el secretismo propio del cártel apelando al riesgo de perder la oportunidad de salvarse de la sanción si otro cómplice se adelanta y denuncia su existencia.
Recientemente el Indecopi ha promovido cambios legislativos que han mejorado diversos aspectos del Programa de Clemencia (en línea con las mejores prácticas y experiencias comparadas) y se ha incrementado la difusión en diversos ámbitos de este instrumento de política de competencia.
En este contexto es de resaltar que se haya hecho público el inicio de un procedimiento sancionador por la probable existencia de un acuerdo entre empresas para dejar de competir y repartirse, ilegalmente, el mercado de papel higiénico. Este caso, que también se ha presentado en Chile y Colombia, es uno de los primeros en los que un presunto infractor reconoce su responsabilidad, solicita al Indecopi acogerse al Programa de Clemencia y renuncia a la confidencialidad propia de estos procedimientos.
Ello demuestra la seriedad de nuestras actuaciones y la confianza en el comportamiento de nuestros funcionarios. Será, además, una oportunidad para demostrar la eficacia de este programa, avanzar en la implementación de mecanismos de restitución de la libre competencia y continuar con el objetivo de desincentivar las conductas anticompetitivas.