En una economía como la peruana no debemos olvidar la fuerza que puede tener el espíritu emprendedor y la capacidad de adaptación de las empresas. (Foto: Andina)
En una economía como la peruana no debemos olvidar la fuerza que puede tener el espíritu emprendedor y la capacidad de adaptación de las empresas. (Foto: Andina)
José Carlos Saavedra

Para muchos queda claro que el de los próximos trimestres probablemente se mantendrá lento debido a varias razones, como el bajo crecimiento de nuestros socios comerciales, la lentitud o parálisis de grandes proyectos de inversión en infraestructura y la incertidumbre política. Las proyecciones de diferentes analistas privados apuntan a que el crecimiento del PBI de acá hacia fines del 2020 será modesto, alrededor de 3% en promedio.

Es modesto, pero crecimiento a final de cuentas y por eso las oportunidades de negocio no desaparecerán. Las empresas buscarán aprovecharlas para generar valor a sus clientes y a sus accionistas. El cambio es que el crecimiento de las ventas y de los márgenes de ganancia ya no se podrán apoyar en el impulso del ciclo económico, sino en el músculo de las empresas y en las estrategias de sus gerencias.

Y sabemos que este músculo existe, ya que los balances financieros de las empresas más grandes se han mantenido bastante sólidos y algunas han logrado sostener buenas tasas de crecimiento. Un buen ejemplo son las empresas grandes y formales de sectores como el ‘retail’ moderno, la salud y la educación, para las que se espera un crecimiento de ingresos entre 5% y 10%, en términos reales, para el próximo año (es decir, dos o tres veces más rápido que el PBI). Estas tienen en común que están ganándole terreno a la informalidad, o que están entrando a zonas y segmentos poco o mal atendidos por el Estado.

Del mismo modo, a pesar del modesto ritmo de crecimiento del PBI, lo más probable es que las utilidades de las empresas sigan creciendo. Eso es al menos lo que esperan lograr las empresas más grandes del país. Según el sondeo realizado por Apoyo Consultoría a sus más de 300 clientes esta semana, el 75% espera que sus utilidades crezcan el próximo año. Y para eso tienen estrategias bien definidas. Casi la mitad de los ejecutivos afirmó que sus empresas buscarán ganar eficiencias a través de la implementación de nuevas tecnologías o se enfocarán en la reducción de costos.

A su vez, las empresas no dejarán de buscar rentabilidad para estas utilidades. Por un lado, algunas podrían enfocarse en expansiones en mercados poco atendidos o en ganarle espacio a la informalidad; o, por otro lado, en inversiones que aumenten la productividad o eficiencia de las organizaciones. Además, que no nos extrañe seguir viendo un mercado activo de fusiones o adquisiciones, dentro y fuera del país, como parte de esta búsqueda por buenos retornos.

En suma, en una economía como la peruana, sólida macroeconómicamente, con un marco constitucional que promueve la inversión privada y que no deja de crecer, no debemos olvidar la fuerza que puede tener el espíritu emprendedor y la capacidad de adaptación de las empresas. Esto generará una dinámica empresarial, oportunidades de negocios y, al final, mejoras en el bienestar de la población, que se subestiman completamente si solo miramos la cifra de crecimiento del PBI.

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