Perder el trabajo es muy duro, ya que no solo se pierde el ingreso y la seguridad financiera, sino muchas veces también la autoconfianza, el norte, la identidad, la comunidad, la estructura y el futuro como lo teníamos planeado.
Perder el trabajo es muy duro, ya que no solo se pierde el ingreso y la seguridad financiera, sino muchas veces también la autoconfianza, el norte, la identidad, la comunidad, la estructura y el futuro como lo teníamos planeado.
Inés Temple

Viviendo en EE.UU., mi esposo se quedó sin trabajo de la noche a la mañana y de una manera muy dura. Teníamos tres hijos chiquitos y yo no tenía visa para trabajar. El mundo se nos vino abajo y sin nadie que nos aconsejara bien, cometimos muchos errores. Esta dura experiencia me llevó a introducir el concepto de ‘’ en el país en 1993. Mi objetivo era, y sigue siendo, que nadie en esa situación cometa los mismos errores que cometimos nosotros y que las organizaciones que deben dejar ir a sus trabajadores, empleados o ejecutivos lo hagan de manera muy respetuosa y cuidadosa de la dignidad y la autoestima de todas las personas.

Perder el trabajo es muy duro, ya que no solo se pierde el ingreso y la seguridad financiera, sino muchas veces también la autoconfianza, el norte, la identidad, la comunidad, la estructura y el futuro como lo teníamos planeado. Por eso el apoyo de la familia, y en especial de la pareja, es clave tanto durante la fase del duelo por la pérdida como las de búsqueda y entrevistas, que pueden ser muy estresantes.

Los cambios de trabajo son parte natural del nuevo mundo laboral y no le quitan un ápice al brillo de la marca personal. Sin embargo, el valor de la marca personal decae con el paso de los meses y por eso es clave no tomarse “descansos” prolongados, ni dedicarse a actividades que desenfocan del objetivo de recolocarse o de poner un negocio propio. Encontrar trabajo es un trabajo en sí mismo y es vital no distraer el tiempo o atención de nuestra pareja con encargos menos estratégicos.

El foco es cuidar la marca personal y los mensajes deben ser positivos: nuestra pareja está en transición entre trabajos, no “pateando latas”. También son errores graves pedir trabajo a la familia o los amigos por cercanos que sean; no hacer un presupuesto familiar o irse al extremo de vivir en economía de guerra, lo que genera mucho estrés a todos. Y muy importante, no presionar a diario con frases como “¿ya conseguiste algo?”.

.¿Qué cosas sí debemos hacer? Es vital apoyar y estimular la seguridad personal de quien tiene que salir a diario al mercado laboral. Nuestra pareja necesita más que nunca mucha empatía, cariño, apoyo, aliento y comprensión. Anímela a hacer deporte, eso ayuda mucho con el estrés. Mantenga la comunicación y haga preguntas abiertas: “¿Cuéntame que hiciste hoy? ¿Qué disfrutaste?”. Enfoque su mirada hacia el futuro con optimismo, sin pensar en el pasado. Ayúdela a mejorar en este proceso, a filmar sus prácticas de entrevistas, sugerir nombres para sus listas de contactos, practicar juntos las preguntas difíciles, entre otros aportes.

No se aíslen, es cuando más activos socialmente deben estar por los contactos que pueden hacer o retomar. Será una montaña rusa de emociones, prepárense para sentirse bien y para sentirse mal. También para unirse más que nunca: aunque no lo crea, un alto porcentaje de las parejas y las familias salen fortalecidas cuando acuerdan de antemano enfrentar esta experiencia con madurez, positivismo y mucha fe.