"Dado el peso de China en las interacciones globales, la presencia del virus golpeará sin excepción al mundo a través del canal comercial". (Foto: Reuters)
"Dado el peso de China en las interacciones globales, la presencia del virus golpeará sin excepción al mundo a través del canal comercial". (Foto: Reuters)
David Tuesta

Según el horóscopo chino, 2020 es el Año de la Rata. Bajo esta cosmovisión, se esperaría que el pequeño animal contagie al mundo de su inteligencia, flexibilidad y valor. Sin embargo, a la fecha, el único contagio que ha llegado desde es el del . Dado el grave daño que viene causando sobre las finanzas mundiales, deberíamos tomar más bien la acepción occidental atribuida a este roedor –referida a situaciones tacañas, malas o despreciables– y decir que, en realidad, lo que ha llegado es un año “bastante rata”.

El coronavirus está dejando una traza de 75.000 afectados en casi 30 países, y supera los 2.000 fallecidos. Para comprobar su ferocidad basta compararlo con el SARS del 2002-2003, que superó 8.000 casos y dejó más de 800 muertes. Aunque la tasa de mortalidad del virus chino es menor que la del SARS (3% vs. 10%), el ritmo de contagio avanza a una velocidad casi 20 veces más rápida. Ello eleva la probabilidad de escenarios económicos complejos.

Dado el peso de China en las interacciones globales, la presencia del virus golpeará sin excepción al mundo a través del canal comercial, expectativas y los mecanismos de transmisión en la altamente integrada cadena de valor internacional. ¿Cuánto afectará al ? ¿Cuánto golpeará a la ? La mayor parte de previsiones económicas no ha recogido aún los efectos, y los que sí lo han hecho están todavía anclados a un escenario donde el virus será contenido prontamente. Si este fuera el caso, podríamos esperar que el virus reste entre 0,2 y 0,3 puntos porcentuales (pp) a las estimaciones de crecimiento global del 2020; y para el caso del Perú, dada su mayor interrelación relativa con China, anticiparíamos una pérdida de crecimiento del PBI entre 0,4 y 0,5 pp.

Si nos adentramos a un escenario de estrés donde el coronavirus no logra contenerse hasta el tercer trimestre o después, los estimados del crecimiento global podrían verse castigados en más de 0,6 pp. En este contexto, las pérdidas para el Perú serían de mayor magnitud, con lo que nuestro crecimiento del PBI podría sufrir este año mermas entre 0,6 y 0,9 pp, e incluso extender sus nefastos efectos hasta el 2021.

Asumiendo que el efecto final sobre la economía global se ubique en algún punto entre el escenario de rápida contención y el de estrés, es razonable asumir que el crecimiento económico del Perú perdería en el 2020 al menos 0,5 pp por el coronavirus. Pésima noticia para el planeamiento financiero de familias y empresas, pues si a ello le sumamos las falencias provenientes de la incertidumbre que traerá la próxima campaña de elecciones generales, la larga ausencia de reformas económicas, las malas señales a la inversión privada, los problemas de ejecución presupuestaria, es decir, la decisión de dejar los problemas económicos a la cola de las prioridades, se hace difícil pensar que vayamos a superar el ya enjuto crecimiento del 2% del año pasado.