Las empresas peruanas se han visto afectadas con las medidas tomadas por el Poder Ejecutivo pasados los 60 días de estado de emergencia nacional. Sin embargo, ya se ha dado inicio a una reapertura económica gradual, por lo que se sugiere una preparación para reactivar la economía de la compañía en el menor tiempo posible.
Las empresas privadas deberán replantear su modelo de negocio y la forma en la que reanudarán -o en algunos casos continuarán- sus actividades, según Ricardo Fernández, socio de la firma Amrop.
Se estima que uno de los cambios más radicales será la continuidad del teletrabajo para reducir la necesidad el contacto físico y respetar la distancia social a fin de velar por la salud y la seguridad de los trabajadores.
“El mercado se ha adaptado a nuevas realidades. Las empresas se verán obligadas a diseñar indicadores para medir la productividad y evaluar las metas logradas en el trabajo, dejando en un segundo plano la contabilización de las horas trabajadas. Esto es a lo que se llama evaluación por objetivos”, comenta Fernández.
También será fundamental que las empresas, grandes medianas o pequeñas, reformulen cómo brindarán sus servicios o incluso, su ‘core’ de negocio.
Algunos de los ejemplos que ya se conocen son el caso de la Pastelería San Antonio, el Grupo AJE con su apuesta por el ‘e-commerce’ o la marca de ropa GAP que ha comenzado a vender por internet por primera vez.
Según el especialista, el camino debe empezar por realizar un estudio que permita analizar el nuevo comportamiento del consumidor que con la pandemia del COVID-19 y la incapacidad de tránsito se ha visto obligado a perder, cada vez más, el miedo a realizar compras por internet a través de las plataformas correspondientes.
“Las empresas deben fortalecer sus herramientas para garantizar una transaccionalidad fluida y segura en las plataformas digitales. El enfoque de las estrategias de marketing está migrando hacia los canales digitales, a fin de atraer y consolidar el flujo de consumidores al mundo del e-commerce, donde ya están conviviendo todos los sectores, desde venta de ropa y comida hasta venta de servicios educativos y de entretenimiento”, asegura Fernández.
Los ejecutivos se verán ahora obligados no solo a saber utilizar las herramientas tecnológicas sino también a poder realizar estrategias digitales mediante el marketing, manejo de costos de una ruta digital, etc.
“La nueva normalidad que estamos experimentando no significa que hayamos cambiado de rumbo, sino que hemos llegado más rápido a la integración con el entorno digital, un panorama que sí o sí iba a llegar, aunque no tan aceleradamente”, puntualiza el socio de Amrop.