Formar una empresa y trabajar junto a tu esposa (o), tu hijo (a) o tu hermano (a) no es cosa rara en nuestro país. Para evitar que los problemas familiares entorpezcan el crecimiento de su negocio, Mary Barboza, gerente general de MB Gestión Humana, recomienda tener en cuenta estos consejos.
CUENTAS SEPARADAS
No mezclar las decisiones vinculadas a la empresa con los problemas de la casa es la primera condición para que el éxito sea una constante en su negocio. Evite que los líos de casa se trasladen a la oficina.
NO ES DIFÍCIL
La palabra no es difícil. Es buenísimo que una familia esté dispuesta a cumplir un sueño, dejar un legado y trascender, pero se deben tomar –como en muchos negocios– medidas preventivas.
BALANCE
Actúe y tome decisiones con objetividad. Piense en la empresa. Existe una probabilidad bastante alta de que los sentimientos y afectos se involucren y que no se tomen en cuenta las habilidades y competencias para los puestos claves, pero también hay temor de herir susceptibilidades y, entonces, se comete el error de adecuar los puestos a las personas.
CLARIDAD
Dejar las reglas claras desde el inicio. Defina el rol de cada uno y los límites para tomar otras medidas sin ningún tipo de resentimiento. Para ello, elabore un planeamiento estratégico y trácese objetivos claros.
DIFERENCIACIÓN
Separe el concepto de trabajador y familia. No solo me refiero a las reglas sino a las remuneraciones y beneficios. La caja de la empresa no es la caja de la familia.
CADA COSA EN SU LUGAR
Separe las decisiones familiares para la casa y trate solo las de índole laboral en la empresa. Implemente agendas y actas de reunión. Acá es muy importante la labor del “mediador” de las reuniones, que no debe ser de la familia para que esté alerta ante cualquier señal de invasión de la agenda.
DINERO
Los temas financieros, contables y de gestión humana deben dejarse en manos de profesionales que no sean de la familia.