BCE prolonga su apoyo a la economía euro hasta fines del 2017
BCE prolonga su apoyo a la economía euro hasta fines del 2017

El (BCE) decidió prolongar su programa de compra de deuda para apoyar a la economía de la zona euro hasta finales de 2017, aunque en volúmenes más modestos, una decisión inesperada que podría constituir el inicio de una política monetaria más restrictiva.

El consejo de gobernantes de la institución de Fráncfort ha decidido continuar su vasta compra de deuda pública y privada, actualmente fijada en 80.000 millones de euros por mes, como estaba previsto hasta finales de marzo del 2017, y después prolongará el programa hasta finales de año a un ritmo de 60.000 millones de dólares mensuales.

Estas inyecciones masivas de dinero en la economía, medidas excepcionales puestas en marcha por el BCE, tienen por objetivo estimular el crecimiento en la zona euro.

"El riesgo de deflación ha desaparecido en gran parte", reconoció el presidente del BCE, Mario Draghi, en una rueda de prensa. Es por ese riesgo que el BCE había decidido en marzo de 2016 aumentar el volumen de sus compras de 60.000 a 80.000 millones, recordó. 

"Sin embargo, la incertidumbre prevalece por todas partes", estimó, mencionando el impacto que podría tener en la economía la elección de Donald Trump, baluarte del proteccionismo, en Estados Unidos y la decisión del Reino Unido de dejar la Unión Europea.

Por ello, la compra de deuda podrá ser extendidas más allá de esa fecha "si es necesario", indicó el Banco Central.

"El consejo de gobernadores actúa de forma pragmática y razonable ante los riesgos que pudieran aparecer", dijo Draghi. 

PRESENCIA MÁS SOSTENIDA EN EL MERCADO

La mayoría de los economistas esperaban una extensión de seis meses y al mismo ritmo de estas compras. Así, algunos vieron en la decisión una maniobra elegante del BCE de comenzar una reducción de su programa, muy controvertido.

El jefe del Bundesbank, Jens Weidmann, miembro del consejo de gobernantes del BCE, criticó la medida, que, según él, provocará dejadez en la aplicación de reformas y en la disciplina presupuestaria de algunos países.

"No se ha discutido un 'tapering'", insistía Mario Draghi, aludiendo al término que designa una reducción de la compra de deuda y marca de forma más global el inicio de una política monetaria más restrictiva.

"La extensión de las compras en un horizonte más lejano permite una presencia más sostenida en el mercado y, así, una transmisión más duradera de nuestras medidas de política monetaria", defendió.

Para Uwe Burkert, economista jefe de LBBW, el "consejo del BCE ha cerrado un paquete que se parece, a primera vista, a una salida progresiva de la política monetaria no convencional". 

En cualquier caso, la política del BCE aún es acomodaticia y lo seguirá siendo en los próximos meses, incluso si el volumen de compra de títulos es más limitado.

El BCE sigue preocupado por una inflación demasiado baja en la zona euro. Con el 0,6% en un año en noviembre, se aleja de su objetivo de algo menos del 2%.

Además, tal y como estaba previsto, mantuvo su principal tipo de interés al nivel históricamente bajo del 0%. 

Este jueves, la institución bancaria aumentó ligeramente sus previsiones de crecimiento y de inflación de la zona euro para 2017, respectivamente del 1,7% y 1,3%, frente al 1,6% y 1,2% que calculaba hasta ahora. Para 2018 el crecimiento será del 1,6% y la inflación del 1,5%, según la entidad.

El Producto Interior Bruto (PIB) del conjunto de los países de la moneda única debería crecer en 2016 un 1,7% y un 1,6% en 2018, como ya se esperaba en septiembre. Para 2019, se espera un crecimiento del 1,6%. 

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