En el Perú, la producción de chirimoya alcanza las 20 mil toneladas anuales, impulsada por la producción de la región Lima, que aporta entre 7.500 y 8.000 toneladas gracias a pueblos como los de San Mateo de Otao – Cumbe y Callahuanca, de acuerdo al jefe de la Sede Lima Provincias de Sierra Exportadora, Edgar Miranda.
Oculto entre las imponentes quebradas de la provincia de Huarochirí se encuentra un pequeño distrito llamado Callahuanca. Conocido por algunos como el paraíso de la chirimoya, se levanta apacible y acogedor un poblado que busca masificar la venta de su producto estrella.
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En Callahuanca, la mayoría de sus pobladores se dedica a la agricultura, siendo la chirimoya y la palta los productos que más cultivan. Según Juana Rueda, de la Oficina de Turismo, la carretera y construcción de canales contribuirá a incrementar las hectáreas de cultivo. "Se tendrá 300 hectáreas más, potencialmente", sostiene.
EL INICIO
Cerca a la plaza principal se encuentra la agricultora Cristina Gutiérrez, quien explica que hasta hace algunos años la manzana delicia era el fruto oriundo de esta parte de Lima. Sin embargo, el arribo de la manzana chilena hizo que la venta del producto caiga, por lo que dejó de ser rentable.
“Conforme iba creciendo las plantas de la chirimoya la manzana delicia era desplazada. Comenzamos a mejorar técnicamente, nos dieron charlas, algunos cursos para ver cómo se cultiva la chirimoya”, agrega.
LA TECNIFICACIÓN
De acuerdo al alcalde del distrito, Francisco Pérez Ticse, la municipalidad viene apoyando constantemente a todos los agricultores de la comunidad de Callahuanca, dándoles capacitaciones relacionadas al mejoramiento del cultivo de la chirimoya.
"Nosotros hemos firmado un convenio con el Ministerio de Agricultura mediante la Agencia Agraria de Santa Eulalia (AgroRural), el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA) y el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA)", indica.
Además, explica que países como Alemania e Indonesia se encuentran interesados en el producto. "Nos pidieron una cantidad inmensa de chirimoya, el problema es que ni uniéndose Callahuanca y otros distritos podríamos darnos abasto", manifiesta.
En tanto, Rueda indica que la ventaja de Callahuanca es que el clima contribuye a la producción de chirimoyas grandes, de 4 a 5 kilos, no obstante, para la exportación se necesitan chirimoyas de entre 300 y 350 gramos.
LOS RETOS
Según los agricultores, el dinero de la producción es insuficiente, ya que el costo de inversión en mangueras, conexiones, uniones, abono, entre otros, es alto. "S/.110 vale un fertilizante de 50 kilos y ¿para qué alcanza eso? Para nada”, señala Gutierrez.
En tanto, el agricultor Eugenio Salazar, enuncia que tienen problemas al negociar con los intermediarios. “La ganancia de la chirimoya depende del mayorista. Por una chirimoya grande quieren pagar S/3,00 a S/.3,50 el kilo. Nosotros nos matamos en la chacra, a veces sin comer, ellos se la llevan fácil”, agrega.
Por su parte, Gutierrez manifiesta que existe dificultades a la hora de vender el producto. “Las empresas han venido, ¿pero qué pasa? Si Wong quiere llevarse la chirimoya, y se malogra, la devuelve, y el pago no es inmediato, es al mes o mes y medio", dice.