Un aumento de la inversión social mientras se produce la reactivación económica. Este es el planteamiento del denominado “Plan Bicentenario” que presentó el candidato Pedro Castillo y que resume sus propuestas de cara a la mayor generación de empleo y alivio económico para las familias.
El documento enumera hasta seis propuestas que se aplicarían en los primeros días de un eventual gobierno del candidato. No obstante, en opinión de los economistas consultados, se tratarían de propuestas inviables y que en algunos casos carecen de un sustento más técnico. En la siguiente nota, revisamos algunas de estas propuestas.
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Más inversión para crear empleo
Concretamente, el documento propone un “aumento relevante de la inversión pública: caminos, riego, hospitales, saneamiento ambiental y colegios para mover empleo en construcción e industrias vinculadas”. Dicha inversión, se precisa, apunta al incremento del empleo, el dinamismo de la economía y la demanda.
Para César Fuentes, director de la maestría de gestión pública de la Universidad ESAN, más que aumentar la inversión lo que se requiere es mejorarla. “Si uno ve los números, los gastos de Educación y Salud son los más altos de los últimos años. Aumentar esa inversión ya es poco posible. Es inviable desde el punto de vista de que se genera un mayor gasto. Hay que trabajar los temas de calidad y eficiencia. No es que haya falta de recursos, sino que hay falta de gestión”, comenta.
A su turno, Carlos Casas, decano de la facultad de Economía y Finanzas de la Universidad del Pacífico, mostró su preocupación por el enfoque que se evidencia en el plan de cara a la recuperación del empleo. “Se cae en lugar común de que para mover el empleo hay que generar mayor construcción. La inversión pública hay que verla como un componente de mejora de la calidad de vida en el mediano y largo plazo de la población”, explica.
Recordó que es la inversión privada el 80% de la inversión total sobre el país. “Con inversión pública se podría tener algún impulso, pero el documento no menciona qué se va a hacer con la inversión privada y esta es la que genera mayor empleo sostenible. La inversión pública cubre brechas, la privada crea empleo y aumento en los salarios”, agregó.
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Subsidio a servicios de luz y agua
Con el propósito de aliviar la economía familiar, el Plan Bicentenario plantea sin mayor detalle “un subsidio temporal por servicios (agua, electricidad e internet)”
A decir de Fuentes, el problema de los subsidios en los servicios es la magnitud de lo que la propuesta implica. “Gran parte de los servicios son privados. Se puede negociar con el privado una reducción de tarifas, pero lo que hay que ver es que los precios ya han estado bastante alineados con los costos. No hay mucho espacio”, señala.
Al igual que la inversión pública, Fuentes considera que sí existe espacio para una mejora en el servicio. “Los resultados son muy pobres. El agua es un tema crítico a futuro. Hoy la revolución en el sector público no pasa por incrementar los gastos porque no tenemos, sino afinar la calidad en el servicio”, explica.
Por su parte, Carlos Casas la principal preocupación es que no se plantea que éste sea focalizado. Asimismo, no existen detalles de cómo es que se ejecutará este subsidio. “Muchos de los sectores más necesitados compra agua mediante camiones. Entonces, ¿cómo se va a hacer el control en ese caso? Por otro lado, Sedapal tiene un problema de fondo que es el alto porcentaje del agua que no es facturada”, afirma.
Créditos a través del Banco de la Nación
Finalmente, el Plan Bicentenario propone otorgar “crédito accesible para promover el agro y a las Pymes a través del Banco de la Nación y Cajas Municipales con su amplia red en todo el país”.
Al respecto, Jorge Luis Ojeda, profesor en finanzas de la UPC, hoy ya existe un programa para la promoción de créditos al agro: el FAE - Agro. “Este año se amplió a agricultores incluso más pequeños. Ya existe y se da justamente a través de las cajas y cooperativas. Lo que se está incorporando al Banco de la Nación”, afirma.
Según explica Ojeda, el Banco de la Nación maneja hoy otros fines y vinculados a la pagaduría de la planilla pública y de los proveedores del Estado. “¿Se puede usar al Banco para dar créditos? Hay un tema especial: es el BCR quien avala los créditos y el sector privado quien evalúa a quién entregárselo. Si el BCR avala los créditos y el sector público lo otorga, es como si yo me estuviera avalando a mí mismo. Si el Estado asume el 100% del crédito, no es una buena práctica porque hablamos del presupuesto nacional”, explica.
Por otro lado, ¿puede el Banco de la Nación competir a nivel comercial con las entidades privadas del sistema financiero? Recordemos que existe el impedimento legal y que permite al Estado participar únicamente bajo un rol subsidiario. Así lo recordó en su momento el ex jefe del Banco de la Nación, Luis Arias Minaya. “No es el rol del Estado tener una empresa compitiendo con los bancos. El banco, desde el 2005, tiene el encargo de gestionar los programas sociales. Más recientemente, se le asignó el rol de la inclusión financiera y ese es el que debería primar”, afirmó.
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