El PBI de julio creció 3,77%, pero trajo una sorpresa negativa: el sector construcción cayó 7,5% interanual. La minería siguió ‘jalando’ hacia arriba a la economía, la manufactura se recuperó levemente y la pesca creció a triple dígito, pues en el mismo mes del 2015 no hubo temporada de pesca de anchoveta. Guillermo Arbe, gerente de Estudios Económicos de Scotiabank Perú, desmenuza estas cifras y mira con cautela el panorama por venir.
— ¿El avance de julio estuvo en línea con las expectativas de los analistas?
El consenso del mercado estaba en 4%, pero ese consenso era cuando ya se habían dado las cifras de los sectores primarios. Sin embargo, 3,77% está más o menos en línea. Sí se esperaba inicialmente algo más, porque se sabía que iba a venir mucho mejor la pesca, como lo ha hecho en 103%.
— El informe del INEI señala que el consumo de los hogares ha tenido una evolución favorable reflejada en mayores ventas minoristas, consumo con tarjetas de crédito y consumo del gobierno.
De los datos del INEI no se puede concluir un aporte mayor del consumo interno que antes. El dato de comercio (1,2%) está distorsionado por bajas importaciones, pero igual no se puede deducir que el consumo interno haya mejorado respecto de su tendencia. La manufactura no primaria tampoco nos da esa idea.
—¿Qué tan significativo es el crecimiento en el rubro de tarjetas de crédito (13,64%)?
Julio no fue un buen mes en términos de flujo en tarjetas de crédito. El flujo fue negativo, ya que mucha gente disminuyó su flujo en tarjetas aprovechando la gratificación, que es normal. Julio siempre es un mes atípico. Pero el impacto negativo del mes en cuestión ha sido más o menos grande y el crecimiento de alrededor de 13% es relativo porque esta categoría ha estado desacelerando de niveles del 20% en marzo a niveles hoy debajo de 14%.
— El sector construcción cayó 7,5% según el reporte. ¿A qué se debió? ¿Cómo queda este resultado frente a la recuperación del sector de la que se escucha constantemente?
Eso está distorsionado, hay que separar la parte privada de la pública. En el sector público, el avance de obras cayó bastante, esto se explica por el contexto. La parte privada tampoco fue buena, pero no fue tan dramática. Sobre la recuperación del sector, es una mirada hacia adelante. Esos deben ser los últimos meses malos y después deberíamos comenzar a ver cifras más positivas a medida que los proyectos de infraestructura se vayan dando.
— El sector minero sigue empujando con un alza de 14%. ¿Cuánto tiempo durará este impulso sin nuevos proyectos en el corto plazo?
Si este año crecemos alrededor de 4%, casi la mitad de ese crecimiento va a ser por minería. El Perú es una economía que está creciendo 2,2% este año más 1,8% de minería. El próximo año, en el que también tenemos una expectativa de crecimiento de 4% –el consenso del mercado está en 4,1%–, la minería va a aportar no más de 0,6% de ese crecimiento. La economía no minera va a crecer cerca del 3,5%.
— El sector manufactura creció 1,16%. ¿Este se sostendrá en el tiempo?
No. Se debe separar la primaria de la no primaria. La primaria creció 28%, esto por el procesamiento de harina de pescado en un mes de pesca muy alto, lo que no va a seguir en adelante. También impacta el procesamiento de metales que va a seguir en menor medida, pero ese 28% no lo vamos a ver en el futuro. La no primaria cayó 7% y eso es preocupante.
— ¿Cuáles son sus proyecciones para agosto?
Veremos una cifra algo menor, más cercana al 3,3%-3,5% porque ya no vamos a tener el efecto de la pesca.
— El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) espera que la economía crezca 4% este año.
Para este año, nosotros estimamos un 3,8% y lo mantenemos. Lo que ha pasado este mes está en línea con nuestra cifra.
— El MEF espera un 4,8% para el 2017. Ustedes dan una cifra más conservadora, alrededor de 4,1%. ¿Cómo explica la brecha entre ambas expectativas?
El MEF es más optimista que nosotros respecto a la recuperación de la economía privada, consumo privado e inversión privada. Se están basando en que las expectativas y la confianza empresarial han mejorado y eso es válido y cierto, es verdad que ha mejorado. La cuestión es qué tan rápido y en qué magnitud esa mejora del sentimiento se va a traducir en una mejora en el gasto de consumo y el gasto de inversión. Es ahí donde nosotros somos más cautos que ellos.