El sueño dejó de ser utopía. En el 2005 había acaloradas discusiones sobre cuál debía ser la agenda digital, pues era evidente que la costa no podía seguir siendo la única con real acceso a las telecomunicaciones. Diez años después, ya arrancaron las obras para solucionarlo y todo indica que culminarán el 2017.
“Pasaremos de la noche a un día iluminado. Dónde no había nada de conexión tendremos una red de última tecnología, con capacidad cien veces superior a la media de la zona”, destaca el viceministro de Comunicaciones, Javier Coronado. Lograrlo costará unos US$2.000 millones y solo será posible porque se utilizará el sistema de las APP (Asociaciones Público Privadas).
Aquí es un privado quien se hace cargo de la inversión y le da 15 años al Estado para pagarle. La subvención fue la única medida viable, porque las zonas a las que llegará el servicio no tienen clientes con poder adquisitivo para solventar las tarifas que cobraría el privado si el Estado no le devolviera lo invertido.
“En lugar de US$150 cobrarán US$27 por prestar conexión a empresas que venderán los servicios (voz, video, datos) al usuario final”, recalca Carlos Huamán, director de DN Consultores. La red permitirá llevar todo tipo de telecomunicaciones al interior pero, advierte, solo será sostenible si encuentran clientela.
Tanto Azteca, ganador de la licitación de la Red Dorsal, como quienes ganen cada bloque regional, deberán firmar contratos con operadores móviles, canales de TV y demás interesados para recuperar su capital. Luis Montes, secretario técnico del Fitel (Fondo de Inversión en Telecomunicaciones) calcula que no serán uno o dos operadores, sino más de 500 los posibles interesados.
Por lo pronto, en Huancavelica, primera obra entregada, Azteca ya firmó con Telefónica y se espera suceda lo mismo en Apurímac, Ayacucho e Ica, obras que acaban de culminar. Pero ello, por sí solo, no será suficiente a largo plazo si buscamos el retorno de inversión, advierte Huamán, porque se necesita en primer lugar que los pobladores generen el consumo.
¿NECESIDAD CREADA?
“Será como la llegada del agua potable por primera vez. Las ciudades se iluminarán y generarán infinitas posibilidades más allá de la compra de su primera PC”, vaticina Steve Long, director general para América Latina de Intel. Su percepción es que la llegada de la señal generará una inmediata demanda de equipos que obligará a las marcas a salir de Lima y redoblar esfuerzos comerciales en provincias, donde no necesariamente demandarán lo más barato, sino la mejor performance que su presupuesto les permita.
El salto en consumo se dará, coincide Luis del Solar, gerente de Móviles de GFK, pero no de inmediato, porque las necesidades se irán descubriendo de a pocos. Huamán habla de cinco años –el 2020– para ver resultados significativos y el viceministro Coronado calcula diez (2025) para tener el ecosistema listo para ser ciudades digitales.
En términos de ventas de PC, laptops, tabletas y televisores digitales, las capitales de provincias serán las primeras en reaccionar, pero será algo de los ‘nichos’ con mejor poder adquisitivo de cada zona, advierte Huamán.
En las capitales de provincia, la necesidad de Internet existe y la aprovecharán ni bien llegue, añade Fernando Grados, director de Dominio Consultores, pero no conllevará un gran cambio en la venta y distribución: a lo mucho se incrementarán canales, pero no jalarán a la inmediata apertura de nuevos centros comerciales.
Según baje el nivel socioeconómico de cada zona, habrá más demanda de dispositivos de gama baja, pero al menos un 50% de cada pueblo será usuario de dispositivos móviles que acceden a Internet, precisa. “Para el 2017 el uso del smartphone en el país podría multiplicarse en un 2,5%”, calcula Grados.
Evaluar el poder adquisitivo de las zonas al diseñar los planes tarifarios será crucial para lograrlo, advierten desde el Osiptel, porque una oferta comercial desproporcionada alejará a los usuarios vírgenes.
No se puede olvidar, añade Luis del Solar, que el ticket promedio estará por debajo de la media (S/.233) y buscarán equipos con características que en la capital ya no son prioridad (pantallas de 3,5 pulgadas, por ejemplo). Las ventas crecerán el doble de rápido en provincias, agrega, pero siempre que superen el enorme reto de atraer a un usuario sin hábitos de consumo de Internet.
“No basta con desplegar infraestructura y ofrecer equipos”, remarca Liliana Ruiz, directora de Alterna Perú. Lo urgente e imprescindible es contar con una política de Estado que fomente el uso de esa mayor conectividad con aplicaciones diseñadas especialmente para cada región, ya sea en ahorros de tiempos en el transporte de sus mercancías o al prevenir epidemias de la zona, explica.
“Ellos no saben qué necesitan, así como nosotros en el 2000 no sabíamos que deseábamos Facebook, y por tanto debería ser el Estado quien impulse desde hoy el diseño y uso de esos contenidos que generen demanda”, recalca Huamán.
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