El retiro extraordinario de estos fondos solo debe obedecer a “casos excepcionales donde los individuos tengan una necesidad primordial”, indicó Pablo Antolín, de la OECD. (Foto: Archivo)
El retiro extraordinario de estos fondos solo debe obedecer a “casos excepcionales donde los individuos tengan una necesidad primordial”, indicó Pablo Antolín, de la OECD. (Foto: Archivo)
Ricardo Guerra Vásquez

El de los diversos países también ha sido afectado con la pandemia. Su impacto provino a partir de que el desempleo se incrementó considerablemente y, por ende, los ingresos cayeron en la misma proporción.

Pablo Antolín, economista principal y Jefe de la Unidad de Pensiones de Capitalización y Jefe Adjunto de la División de Asuntos Financieros, Seguros y Pensiones – , detalló que su afectación se ha mostrado, por ejemplo, en la caída de valor de los activos que conforman los portafolios para la , pero también por otros factores orientados.

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Además de la menor capacidad de empleados y empleadores para contribuir a los fondos de pensiones, Antolín observó que se dieron “ciertas medidas orientadas a mejorar la situación de algunos proporcionando un alivio en el corto plazo, pero con un efecto negativo en el largo plazo”.

“Especialmente, [esto se observará] con respecto a la insuficiencia de las pensiones”, comentó Antolín, durante la conferencia “Panorama y retos de los sistemas de pensiones”, organizado este martes por la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP ().

Ante este escenario, Antolín señaló que países miembros de la OCDE aplicaron diversos mecanismos para aliviar la caída de los ingresos, como los subsidios estatales o programas de retención de trabajadores, a fin de evitar los perjuicios que supone.

“No contribuir por un año [al fondo de pensiones], sin aumentar las contribuciones después, genera una pérdida de entre dos y tres puntos porcentuales. La pérdida es mayor cuando más cerca se está de la jubilación”, precisó.

Sin embargo, Antolín indicó que el retiro extraordinario de estos fondos solo debe obedecer a “casos excepcionales donde los individuos tengan una necesidad primordial”.

“El acceso [anticipado o parcial] a los fondos previsionales deben ser una medida de último recurso, basada en situaciones individuales y excepcionales. No generalizadas. Es decir, autorizar el uso de activos previsionales para financiar la recuperación, pero siempre y cuando... se cumpla una característica excepcional”, subrayó.

En este sentido, comentó que una de las alternativas para abordar el vacío en la aplicación de esta medida es “tener en la legislación determinado que el acceso a retiros extraordinarios son posibles en circunstancias especiales” y detallarlas.

¿REDUCIR LA EDAD DE JUBILACIÓN?

Antolín también criticó las diferentes iniciativas que planteen reducir la edad de jubilación.

“A menos que alguien me explique cómo reducir la edad jubilación va a ayudar a la gente a afrontar la pandemia [no las veo positiva]”, refirió.

“El mensaje de la OCDE es claro. El acceso a los retiros prematuros [a los fondos de pensiones, debe estar basado en necesidades excepcionales e individuales, independientemente si están pronto a jubilarse o no. [Plantear] por qué ayudar a los que están cerca de la edad de jubilación, no a los que tienen 30 o 40 años”, complementó.

En esta línea, Olivia S. Mitchell, directora ejecutiva del Consejo de Investigación de Pensiones y del Centro Boettner de Investigación de Pensiones y Jubilaciones The Wharton School (Universidad de Pennsylvania - EE.UU.) remarcó que, incluso, se requiere hoy repensar la vejez, pues cada vez las personas viven más.

El sistema de pensiones de los diversos países también ha sido afectado con la pandemia.  (Foto. Andina)
El sistema de pensiones de los diversos países también ha sido afectado con la pandemia. (Foto. Andina)

“Mucha gente me dice que ahora con el COVID-19 tal vez no necesitamos ahorrar porque la tasa de mortalidad ha aumentado para la gente de más edad. Pero se predice, bajo los modelos actuales, que la longevidad sí seguirá aumentando. Para gestionar mejor el riesgo de la vejez tenemos que reinventar la vejez. Fortalecer el capital de valor y trabajar más”, subrayó Mitchell.

Esto, agregó, implica que para asegurar la longevidad de las personas va a ser necesario “reestructurar” las pensiones, tanto privadas como públicas.

Mitchell también observó las políticas públicas sobre fondos de pensiones que establecen que las mujeres se jubilen antes que los hombres.

“No estoy de acuerdo para nada porque, incluso, ellas viven más que los hombres. Entonces, ¿resulta beneficio para quién o para qué bajar la valla de jubilación? [Yo considero] que se jubilen todos a los 70 o 75 años. Esa debería ser la meta. Claro que no de un día para otro, sino progresivo”, mencionó.

Ante estos escenarios, Mitchell añadió que se debe abordar el problema del sistema de pensiones iniciando por invertir en alfabetización financiera, no apuntar a las jubilaciones tempranas, mitigar los riesgos de los sistemas de pensiones.

Otros pendientes que señaló son los altos costos de los sistemas de pensiones, la falta de confianza sobre ellos, los riesgos a los cambios de reglas (expropiaciones), entre otros.

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