América Latina se preocupa sobre todo de la deuda pública. Pero la externa del sector privado se triplicó en los últimos diez años y llegó a los mismos niveles que la del público. Según datos del Banco Mundial recopilados por la ONG Jubileo, en 2000 la deuda del sector privado era de US$218.000 millones. Hoy es de US$611.000 millones.
La diferencia entre deuda pública y privada no viene dada sólo por el emisor (gubernamental o no), sino por la transparencia. La deuda estatal está contabilizada en el presupuesto, y la informacion es generalmente pública.
La privada está mucho más dispersa entre todos los actores que pueden tomarla a nivel individual (bancos, multinacionales o corporaciones). Es difícil de rastrear y por lo general no tiene el respaldo en última instancia de un Estado.
Según Patricia Miranda, de Jubileo, que lucha por una reformulación del tema de la deuda, el estallido financiero mundial de 2008 marcó un punto de inflexión.
"A partir de ese año se observa un incremento constante de la deuda privada, que hizo que en 2013 llegara prácticamente al mismo nivel que la pública", le dijo a BBC Mundo.
Pasado y presente
América Latina ha tenido a lo largo de su historia recurrentes crisis de deuda externa que han terminado en cesaciones de pago y recesión. La más recordada es la de los años 80.
Pero este indicador no incorpora en la medición al sector privado. Además, es deuda externa que deberá ser pagada en divisa extranjera, generalmente en dólares.
"La evolución en América Latina muestra que hay un creciente problema en la relación entre la deuda y las exportaciones", le explicó Mareso a BBC Mundo.
"Este vínculo indica la solvencia que tiene un país para generar los ingresos en divisa extranjera que necesita para pagar deuda en una moneda que no es la que emite el banco central".
"El actual panorama internacional agrava esta situación", completó.
Todas las predicciones hablan de estancamiento económico global: el desplome de la bolsa china a principios de 2016 confirmó este panorama pesimista.
Según la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), las economías de la región se contrajeron un 0,4% en 2015 y este año sólo crecerán un 0,2%.
Los más afectados
El aumento de la deuda privada afectó a los 21 países que monitoreó Jubileo.
Pero un análisis más pormenorizado muestra que cinco naciones –Brasil, Guatemala, Nicaragua, Paraguay y Perú– tienen un comportamiento diferenciado.
Este grupo es el que tiene más deuda privada en términos de porcentaje del PIB, pero esos países son los únicos en los que el endeudamiento privado ha superado al del sector público.
En el caso de Paraguay la deuda privada es casi tres veces más grande que la pública.
Brasil y Perú prácticamente la duplican, mientras que en Guatemala y Nicaragua la diferencia es de un tercio.
La proyección de Brasil y Perú va más allá de la región.
Según el periódico económico estaounidense The Wall Street Journal, se encuentran entre los seis países con mayor aumento de deuda privada de todos los mercados emergentes entre 2004 y 2014.
¿En la cornisa?
En Brasil, la deuda privada de largo plazo (más de un año) prácticamente se triplicó desde principios de siglo, superando en 2014 los US$320.000 millones.
Según indicó la firma calificadora Fitch, Brasil es el país con el perfil de deuda privada más riesgoso de los países emergentes.
Datos del Banco Central del Brasil muestran que la deuda multinacional-subsidiaria, es decir intrafirma, conforma un 43% del total de la deuda privada.
Mientras tanto, Fitch calcula que en Perú continuarán "las rebajas en las perspectivas crediticias", que pasarán de "estables" a "negativas" para empresas como Andino Investment, Alicorp y Los Portales.
Otra calificadora de riesgo, Standard and Poor's, acaba de rebajar la calificación crediticia a cinco bancos peruanos: Banco de Crédito, BBVA Continental, BanBif, Interbank y MiBanco.
¿Quién paga los platos rotos?: el caso argentino
En teoría, en un sistema capitalista el sector privado puede generar fortunas exorbitantes o caer en la quiebra: éxito y fracaso son dos caras de una moneda que afecta a una empresa y sus accionistas.
En la práctica, muchas veces el Estado paga los platos rotos, como se vio con el estallido financiero de 2008.
"En caso de crisis no se debe perder de vista que el Estado puede convertirse en el garante de última instancia, como ha ocurrido tanto en América Latina en los 80 como en la actual crisis europea", advirtió Patricia Miranda, de Jubileo.
Uno de los países históricamente más golpeados de la región por sucesivas crisis de deuda, Argentina, es un ejemplo de este rescate público del sector privado.
En 1982 el gobierno militar decidió estatizar una deuda privada de unos US$14.000 millones que afectaba a cientos de empresas, entre ellas poderosas nacionales y multinacionales.
De un plumazo, la deuda pública pasó a unos US$40.000 millones, lo que asfixió la economía argentina durante los 20 años siguientes.
La estrategia de Brasil
Según Pablo Mareso, Brasil ya ha estado haciendo algo similar con el más moderno mecanismo del mercado de futuro del dólar.
"El gobierno interviene en los mercados de futuros del tipo de cambio, forzando a la baja el precio futuro del dólar para disminuir el costo del endeudamiento de las firmas", afirmó el experto.
"De esta forma, las empresas suscriben contratos que les permiten evadir el riesgo cambiario y evitar el impacto de una devaluación como la que ocurrió el año pasado".
"Sin esta protección, la devaluación del real podría generar un riesgo sistémico de quiebras ya que las compañías tienen ingresos en moneda doméstica, pero los préstamos están nominados en moneda extranjera", agregó.
"Como el que se hace cargo de la diferencia entre el precio pactado y el precio efectivo es el Banco Central, esto tiene un costo para el Banco", le dijo a BBC Mundo.
El propio Fondo Monetario Internacional (FMI) ya ha adviertido sobre este mecanismo.
Recientemente alertó que "los mercados emergentes se deben preparar para un alza en las quiebras corporativas".