Un estudio del Banco Mundial demostraba en el 2017 que el sistema logístico en el sector portuario estaría “cada vez más entrelazado a la trayectoria del crecimiento económico del país”. Ello ha implicado que, en medio del contexto de pandemia, las apuestas por la digitalización en los procesos realizados en los puertos pisen el acelerador –considerando, además, que un gran porcentaje de envíos e importaciones se moviliza a través del transporte marítimo–.
“Hubo un cambio en los patrones de consumo: la gente que no podía salir ni viajar, comenzó a gastar en arreglar su casa y en distintos productos. Ello generó un incremento en la demanda de productos, con lo cual se acentúa la necesidad de darle a los importadores los espacios en los buques para que transporten su carga”, comenta a Día1 Moisés Woll, presidente de Asociación Marítima del Perú (Asmarpe).
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A raíz de ello, los problemas relacionados a la congestión ya experimentada anteriormente en el Puerto del Callao se incrementaron con más fuerza.
“Los navieros, que veníamos experimentando demoras en la atención de las naves en los puertos, [comenzamos] a tener problemas en mantener los itinerarios”, refiere Woll.
“Cuando una naviera tiene un servicio regular –en donde recala en diferentes puertos– y de repente tiene un problema en algún puerto, a veces se decide cancelar la parada en el siguiente puerto para recuperar su itinerario”, ilustra.
Al respecto, Woll menciona también que el ciclo natural de un contenedor –que incluye su transporte hacia el lugar que será cargado con mercancía y posteriormente, su traslado hacia el puerto desde el cual partirá– demoraba 30 días, aproximadamente. Ahora, por efectos de la pandemia, el ciclo camina más lento, llegando incluso a tardar hasta 60 días.
“Eso ha generado una escasez de contenedores a nivel mundial. Esa escasez ha provocado que el flete marítimo suba de una manera sumamente importante. Los fletes de importación, sobre todo, están sumamente altos”, especifica Woll.
En este caso, los fletes representan el impuesto variable de transportar un contenedor desde un puerto hacia otro. Según estimaciones del representante, han subido hasta tres veces los niveles a los que se ubicaban prepandemia.
Puntos clave
Otro factor a considerar es que, a raíz de las medidas de aislamiento social, en los distintos terminales se observó una reducción del personal y se incluyeron procesos adicionales más lentos en la cadena logística.
Atender estas demandas implicaría trabajar en dos aspectos centrales: digitalización –donde las empresas vienen ya tomando acciones– y la mejora de la calidad en infraestructura para garantizar, por ejemplo, la construcción de nuevos muelles y la conectividad entre zonas productoras y el mercado.
Sobre el primer aspecto, Xavier Montes, gerente de Facilitación de Comercio de Comex Perú, señala que la digitalización de los procedimientos ya se ha puesto en marcha, por ejemplo, con Aduanas. No obstante, existen otras operaciones más complejas que se irán acoplando a la transformación digital con el paso de los años.
“En 10 años pasamos de mover cerca de un millón de TEUS (cada TEU equivale a un contenedor de 20 pies) a 2,6 millones. Hemos más que duplicado nuestra capacidad”, precisa Montes.
“La crisis sanitaria aceleró las iniciativas relacionadas a ella [la digitalización] que estaban previstas, como son la incorporación de más trámites a la Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE), los procesos con la Sunat/Adunas, la Autoridad Portuaria Nacional, entre otros”, subraya Diego Llosa, viceministro de Comercio del Mincetur.
En cuanto a infraestructura, desde el Mincetur han especificado que se requiere apostar por la ampliación de los distintos puertos y la modernización de otros.
“Son relevantes las nuevas iniciativas que se vienen implementado, tanto con relación a las ampliaciones de los terminales portuarios del principal puerto del país, que es el Callao, como con relación a nuevas instalaciones, como es el puerto de Chancay, la modernización del Terminal Portuario de Salaverry, e iniciativas en otros puertos, como Paita y Matarani”, resalta Llosa.
En su opinión, ello permitiría que las operaciones desarrolladas en el Puerto del Callao se desconcentren y se propicien mayores rutas alternativas al sector exportador. A su turno, Montes señala que descentralizar significa “modernizar y concesionar puertos en el norte y sur del país”.
Un punto que observa Woll es que este desarrollo en los puertos debe ir de la mano con el avance de la infraestructura terrestre.
“El Gobierno ha anunciado la creación de un antepuerto, pero lo que va hacer es trasladar la congestión que hoy está en la calle Manco Cápac a unos kilómetros en avenida La Gambetta”, afirma. “No estamos desarrollando una conectividad rápida y segura entre los depósitos de contenedores y el Callao”, apunta.
El impacto en el ciudadano
A decir de Llosa, lograr una mayor conectividad a través de la mejor infraestructura puede garantizar el abastecimiento de productos esenciales.
“Se garantiza la continuidad de las operaciones de comercio exterior y la cadena de abastecimiento de bienes esenciales como alimentos y medicinas, así como de los demás bienes a nivel nacional, lo cual es de gran importancia, más aún durante la actual emergencia sanitaria”, afirma.
El especialista señala también que se puede evidenciar una reducción de los costos logísticos, lo cual impacta en los ciudadanos. Así también, existe un beneficio para las compañías que participan de la cadena y la generación de empleo.
“Si lo vemos por el lado de las empresas –y quienes trabajan en ellas– estas mejoras permiten reducir sus costos y aumentar su competitividad, por ejemplo, si venden sus productos en mercados internacionales o importan materias primas, bienes intermedios o bienes de capital para su proceso productivo”, precisó.
Los datos
- Las principales rutas marítimas son Asia-Norteamérica, Asia-Norte de Europa, Asia Mediterráneo, Asia-Medio Oriente y Asia-Costa Oeste de Sudamérica. Así también, el Estrecho de Malaca, el Canal de Suez, el Canal de Panamá y el Estrecho de Ormuz.
- En el 2019, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ubicó al Puerto del Callao en el sexto lugar del ránking de movimiento de contenedores en la región latinoamericana.
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