Informe muestra que existe probabilidad de 45% de un Fenómeno El Niño “débil”.
Informe muestra que existe probabilidad de 45% de un Fenómeno El Niño “débil”.
Redacción EC

El Scotiabank revisó al alza sus proyecciones sobre el crecimiento de la economía peruana para el 2024 pasando de 2,3% a 2,7%.

De acuerdo al Departamento de Estudios Económicos de la entidad financiera, esta decisión se sustenta en un Fenómeno El Niño (FEN) menos intenso de lo esperado, un efecto estadístico positivo por una caída mayor a la proyectada de la actividad económica en el 2023 y una potencial desaceleración de la economía mundial menor a la prevista.

Un reciente informe de la Comisión Multisectorial Encargada del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN) muestra que existe una probabilidad de 45% de que el FEN sea “débil” y 23% que no se concrete durante el primer trimestre del 2024. Este panorama difiere significativamente de la probabilidad de 49% de un FEN de intensidad “fuerte” que se tenía en octubre del 2023, cuando el Scotiabank publicó sus proyecciones anteriores.

“Un FEN “débil” implicaría un impacto menor sobre los sectores primarios, en particular Pesca y Agropecuario. En nuestra proyección anterior asumíamos que las aguas cálidas asociadas al FEN iban a tener un impacto importante sobre la primera temporada de pesca de anchoveta, que usualmente se inicia en abril. Ahora, asumimos una campaña con una afectación marginal, lo que junto a una baja base de comparación permitiría un importante crecimiento del sector Pesca (+16,7%)”, señala.

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Indica que el sector Agropecuario (+2,4%) también registraría una recuperación, aunque sin llegar a los niveles de actividad del 2022: “La principal razón es que el FEN se inició en marzo 2023 y ha venido afectando la campaña agrícola 2023/2024. Así, la sequía en la sierra, en especial en el sur, durante gran parte del 2023 ha originado una caída del área sembrada de importantes cultivos para el mercado interno como papa, maíz y frijol, lo que afectaría la cosecha que se registrará entre abril y junio del 2024″.

De otro lado, las altas temperaturas registradas en la costa norte afectaron durante el segundo semestre del 2023 los rendimientos de cultivos de agroexportación como arándanos, espárragos y mango, mientras que la amenaza de la llegada de intensas lluvias originó el adelanto de cosechas de cultivos como la uva, lo que afectaría la producción agraria durante el 1T24.

“No obstante, el FEN llegaría a su fin entre marzo y abril del 2024, lo que permitiría una importante recuperación de la oferta agraria durante la segunda mitad del año”, apunta.

De otro lado, el sector Minería e Hidrocarburos (+2,5%) mostraría una importante desaceleración respecto del crecimiento de alrededor de 8% que habría mostrado en el 2023, cuando se vio favorecido por el primer año completo de operaciones de la mina de cobre Quellaveco (Moquegua).

“Para el 2024 prevemos una expansión marginal de la producción de cobre ante la ausencia de nuevos proyectos importantes. De otro lado, el subsector Minería sería liderado por la mayor producción de estaño, normalización de la producción de Minsur tras las protestas durante el 1T23 en Puno, y molibdeno. Quellaveco inició operaciones productivas en su planta de molibdeno a partir de mayo de 2023″.

En lo que se refiere a los sectores no primarios vinculados a la demanda interna, estos se recuperarían a velocidades diferenciadas.

Aquellos vinculados al consumo como Comercio (+2,8%) y Servicios (+2,4%) mostrarían un mejor desempeño. Así, la progresiva recuperación del consumo privado, en sintonía con la aceleración de la generación de empleo y el mayor poder adquisitivo -ante el retroceso de la inflación- contribuiría a impulsar las ventas minoristas y actividades como Servicios Personales, Alojamiento y Restaurantes, y Transporte, estos dos últimos aún con un nivel de operaciones por debajo del período prepandemia.

Sectores asociados a la inversión privada como Construcción (+3,7%) mostraría un rebote menor al esperado.

“Esta proyección conservadora se sustenta en el deterioro de la confianza empresarial -que tomará algún tiempo en recuperarse-, y en que el impacto del ciclo de recorte de tasas de interés iniciado por el Banco Central de Reserva (BCR) en setiembre del 2023 empezaría a sentirse con mayor intensidad sobre la inversión privada en el segundo semestre del 2024″, indica.

La Manufactura No Primaria (+2,8%) registraría una parcial recuperación, aunque sin llegar a los niveles de actividad del 2022.

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