Hace apenas diez años el gas natural se empezó a usar en Lima y aún es una novedad. La capital e Ica son las dos únicas regiones privilegiadas en el Perú que tiene acceso a este combustible ecológico, abundante, y sobre todo más barato. Sin embargo, la historia indica que no son las primeras en conocer los beneficios del uso del gas natural. Otra ciudad les llevó la delantera: Talara, en Piura.
En 1930 la Internacional Petroleum Company ( IPC), que explotaba los recordados pozos petroleros de la Brea y Pariñas ( en Talara) decidió distribuir este combustible por tuberías a sus campamentos, poco después lo hizo extensivo a la población. Lo más curioso es que la distribución de este recurso era gratuita, pues para la IPC el gas natural representaba casi un estorbo en su interés por obtener petróleo, que era lo que el mundo compraba y aún sigue demandando.
El subsuelo de la provincia de Talara ha sido bendecido con volúmenes interesantes de petróleo que increíblemente se explotan desde 1863 ( a dos años de que se empezara a perforar el primer pozo en Titusville, Pennsylvania, Estados Unidos), cuando el piurano Manuel Antonio de la Lama, decidió asociarse con un grupo de paisanos y empezó a hacer perforaciones petroleras, las cuales han sido registradas como las primeras en Latinoamérica.
Desde esos años hasta la actualidad se han perforado alrededor de 10.000 pozos en Talara, alcanzando una producción acumulada de entre 1.200 a 1.300 millones de barriles, que han otorgado energía al país por más de cien años. El petróleo de Talara es ligero, en ese sentido es uno de los más fáciles en ser procesados para producir combustibles. Esta es la razón por la que se construyó la refinería de Talara en 1929, la cual también tiene un significado histórico, pues se trata de una de las primeras en Latinoamérica.
La historia no se detiene ahí, Talara también vio nacer a la primera petroquímica que se instaló en el país. La planta se construyó en 1975 y fabricó fertilizantes, negro de humo y solventes a partir del petróleo. Esta planta se construyó por Toyo Ingeniering con tecnología japonesa de Mitsubishi y fue administrada por PetroPerú. Llegó a producir 500 toneladas de fertilizantes por día, además, esta planta impulsó el desarrollo de otras industrias como el de pinturas, neumáticos y tinturas. Tras la privatización de los campos petroleros en los 90, PetroPerú decidió cerrarla, la razón era simple, ya no contaba con petróleo barato y subsidiado para operar la planta. Asimismo, la planta petroquímica había perdido competitividad frente a otras empresas que producían lo mismo pero utilizando gas natural como insumo, lo que hacía que tuvieran costos más competitivos con fertilizantes y solventes más baratos. La planta petroquímica, que estaba ubicada en Malacas ( donde hoy se encuentra una planta termoeléctrica) finalmente dejó de operar en 1996 y fue vendida. Se dice que fue adquirida por una empresa colombiana que le hizo mejoras y aún está operando en la costa atlántica del país caribeño.
En cuanto al gas natural, que se distribuía desde 1930 en la ciudad de Talara, el servicio se suspendió entre 1994 y 1995 por recomendación de Defensa Civil, pues las tuberías eran muy antiguas lo que ponía en riesgo a los talareños. En 1994, la empresa Gastaisa, integrada por 1.900 socios ( en su mayoría jubilados) hizo estudios para volver a dotar a 13.500 viviendas de gas en Talara. La ejecución del proyecto demandaba una inversión de US$ 1,9 millones y mostraron su interés las empresas Monsante, de Estados Unidos, y la peruana Graña y Montero, constructora de Nueva Talara. Sin embargo, el proyecto no tuvo éxito. Pese a ello, la distribución de gas natural no ha desaparecido del todo, aún se distribuye gas natural en Punta Arenas.
La explotación de gas y petróleo en Talara continúa y aún queda por aprovechar el gas natural existente en la zona norte que, en muchos casos, es venteado ( liberado al aire). La empresa Vale dijo que podría aprovechar parte de ese gas para producir fertilizantes y existe interés de parte del Gobierno de aprovechar el gas natural que hay en la zona de Talara para abastecer la demanda doméstica de todo el norte. Así, Talara podría continuar siendo uno de los pulmones energéticos del país por muchos años más