El empresario peruano Teodoro Ortiz (izq.) encantó a los participantes del WEOY 2018 en Mónaco con su carisma y simpatía, ingredientes esenciales de su historia de éxito al frente de Incasur. (Foto: EY)
El empresario peruano Teodoro Ortiz (izq.) encantó a los participantes del WEOY 2018 en Mónaco con su carisma y simpatía, ingredientes esenciales de su historia de éxito al frente de Incasur. (Foto: EY)
María Rosa Villalobos

Ayer, en el mismo momento en que nuestra selección se enfrentaba a Dinamarca –en nuestro primer partido mundialista tras 36 años–, , fundador de Incasur, jugaba otro mundial en Mónaco, un pequeño Estado independiente situado en la ribera francesa.

El principado recibió esta semana a 56 emprendedores de 46 países en el  en el que Ortiz fue nuestro ‘Guerrero’.

El programa premia el talento y la creatividad de los empresarios que, con una mentalidad innovadora, han logrado convertir un sueño en realidad, transformando su vida, la de sus colaboradores y su entorno.
Ortiz llegó el miércoles a Montecarlo y al siguiente día fue evaluado por el jurado internacional, para el que fue convocada por tercera vez consecutiva Rosario Bazán, gerenta general de Danper. Viajó también Mercedes Auris, fundadora del Vivero Los Viñedos y otra de las ganadoras del premio Líder Empresarial del Cambio (LEC) 2018, quien acompañó a la ‘selección’ peruana para nutrirse de las exposiciones y paneles que se dieron en el principado en paralelo a los actos relacionados con la premiación.

NUESTRO CAPITÁN
A sus 73 años y a pesar de no hablar inglés, Ortiz se ganó, uno a uno,  el corazón de todos los asistentes. Su historia, llena de lucha y ansias de salir adelante, logró conmover a más de uno.

“Espero que ganes. De hecho, toda mi mesa quiere que ganes”, le dijo a Ortiz una de las integrantes de la delegación estadounidense que se acercó espontáneamente durante una de las actividades del WEOY 2018. Como ella, fueron muchos los que buscaron al peruano durante la semana. Ortiz no dudó en agradecer cada muestra de admiración y cariño. Aprovechó la oportunidad para regalar los productos de Incasur que tanto lo enorgullecen.

Así, con sus productos bajo la manga y siempre con una sonrisa en el rostro, Ortiz se encargó de que todos los asistentes lo reconocieran por ser el embajador de la quinua peruana.  También compartió su historia de lucha, marcada por un accidente en el que terminó con graves quemaduras, que motivaron 30 cirugías, o por las dos crisis financieras que atravesó al frente de Incasur.

Aunque no le bastó para ganar este mundial, Ortiz generó una impresión tan buena como la del juego de la Blanquirroja ante Dinamarca: se le recordará en Mónaco como un empresario sumamente sencillo, que no solo ha logrado industrializar los granos andinos con productos como el tradicional Kiwigen, sino que también ha ayudado a impulsar la igualdad de género en el ámbito empresarial peruano. Esto, según reveló el propio Ortiz a El Comercio, en honor a su madre, quien con 105 años lo sigue acompañando.

“En el Perú muchos hombres le tienen miedo a las mujeres, pero yo no [temo] que una mujer poderosa esté a mi lado”, dijo Ortiz a los jurados durante su entrevista, realizada el jueves. También resaltó que su esposa, Marlin Saavedra, es quien, como actual presidenta del directorio de la compañía, toma hoy las grandes decisiones.

EL GANADOR
, de MRV Ingeniería y Participaciones, fue el ganador del WEOY 2018. Su compañía, fundada en 1979, es la desarrolladora inmobiliaria residencial más grande de Latinoamérica y la principal constructora de viviendas para personas de bajos ingresos en Brasil, lo que permite que un sinnúmero de familias brasileñas den el primer paso en la escalera de la propiedad.

Rubens Menin Texeira de Souza se coronó emprendedor del año de EY debido a su mentalidad innovadora y visión social. (Foto: EY)
Rubens Menin Texeira de Souza se coronó emprendedor del año de EY debido a su mentalidad innovadora y visión social. (Foto: EY)

La empresa emplea a más de 24.000 personas y ha construido más de 300.000 propiedades. Actualmente, uno de cada 200 brasileños vive en una propiedad construida por MRV.

“Nuestro negocio no es solo desarrollo económico y creación de ingresos, sino también desarrollo social: las familias que poseen sus propios hogares tienen más dignidad y persiguen nuevos sueños”, es la frase que definió al brasileño durante su participación en WEOY 2018.

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