Hace una semana, la antigua Estación Desamparados y la sede de la Casa de la Literatura Peruana fueron afectadas por el desborde del río Rímac. Felizmente, el agua que ingresó por dos lugares —por la andenería cercana a las vías del tren y por el sector que da al parque La Muralla— no afectó el edificio principal de la institución cultural aunque sí llegó a algunas oficinas de la parte baja, dañando la carpintería y un antiguo estacionamiento.
“Actualmente, los trabajadores hemos acomodado un mínimo de nuestros muebles y equipos en distintas zonas del edificio principal, mientras culminan las obras de recuperación de la zona afectada, que consiste en retirar el lodo acumulado, limpiar y fumigar, sustituir los pisos, pintar y reponer conexiones”, dice Milagros Saldarriaga, directora de la Casa de la Literatura Peruana.
Después de la emergencia, el Ministerio de Educación (Minedu) —del cual depende la institución— dispuso la instalación de sacos de arena en la parte que colinda con el parque La Muralla y a lo largo de las vías del tren e inició las tareas de restauración.
Según Saldarriaga para salvaguardar en el futuro la integridad de la Estación Desamparados y de la Casa de la Literatura —que alberga un sinnúmero de bienes culturales— se necesita diseñar y ejecutar un plan de prevención de desastres en esta zona colindante con el río. “Este plan debe ser liderado por la Municipalidad de Lima, y en él debe participar la empresa Transandina (que administra el tren), la Casa de la Literatura y Palacio de Gobierno, entre otros actores importantes, como los vecinos y la iglesia de San Francisco”, opina la funcionaria.
Desde el martes 21 de marzo la Casa de la Literatura Peruana volvió a recibir al público y, salvo el Café Literario que colinda con los andenes, todos sus servicios se encuentran habilitados.
Es importante agregar que ningún bien cultural —archivos digitales, documentos bibliográficos o material hemerográfico — sufrió daño alguno durante la emergencia.