Raúl Porras Barrenechea (Pisco, Perú, 23 de marzo de 1897 - Lima, 27 de septiembre de 1960) fue diplomático, historiador, catedrático, abogado y escritor. Ilustración: Giovanni Tazza
Raúl Porras Barrenechea (Pisco, Perú, 23 de marzo de 1897 - Lima, 27 de septiembre de 1960) fue diplomático, historiador, catedrático, abogado y escritor. Ilustración: Giovanni Tazza
Jorge Paredes Laos

Gran parte del inmenso legado de Raúl Porras Barrenechea (1897-1960) se debe a su vocación por la lectura de las crónicas españolas referidas a la conquista. En este campo, reconstruyó con prolijidad detectivesca nuestro pasado, sopesó fuentes diversas y separó leyendas de hechos reales. Ese fue el caso de sus investigaciones sobre el origen del nombre del Perú.

Porras escribió sobre este tema en un pequeño ensayo publicado hacia fines de 1951, tras el Primer Congreso Internacional de Peruanistas realizado en Lima, en agosto de aquel año (el ensayo fue reeditado en 2016 por Lápix Editores, bajo el título de “El nombre del Perú” y contó con un prólogo de Harry Belevan-McBride, director del Instituto Raúl Porras Barrenechea).

En el mencionado congreso de 1951, Porras había sostenido una polémica con el célebre profesor francés Paul Rivet, quien era en ese momento director del Museo del Hombre de París. El tema en cuestión era por qué los españoles habían llamado el Perú al antiguo territorio del Tahuantinsuyo.

Rivet sostenía, como muchos investigadores entonces, que el nombre se derivaba del río Birú, descubierto por Pascual de Andagoya hacia 1522 —dos años antes del primer viaje de Pizarro—, el cual estaba ubicado a los 2º 1/3 de latitud norte, casi en la proximidad del límite actual entre Colombia y Ecuador. El etnólogo francés se apoyaba, además, en un hallazgo lingüístico, la voz barbacoa pilu, que significaba ‘río’, algo que también habían sugerido cronistas como Blas Valera y Garcilaso.

Foto: Instituto Raúl Porras Barrenechea.
Foto: Instituto Raúl Porras Barrenechea.

La respuesta de Porras

Porras, apoyado en su vasto conocimiento de las crónicas de Indias, desbarató esta hipótesis. Afirmó que, a la luz de los documentos que había investigado por años, era improbable que Andagoya hubiera llegado a la región colombiana del Chocó antes de 1524. Es decir, era imposible que Andagoya hubiera recorrido en “seis o siete días”, como afirmaba haberlo hecho, la distancia que a Pizarro y a Almagro les tomó tres años explorar.

Para el historiador peruano, lo señalado por Andagoya en su Relación y documentos para el rey de España tenía un motivo subalterno: buscó “aparecer él como descubridor de la provincia de Birú que dio nombre al imperio que él no pudo descubrir”.

Conocedor de todas las crónicas al respecto (Andagoya, Oviedo, Gómara, Cieza, Zárate, Garcilaso, Acosta, Blas Valera, etc.), Porras muestra que Andagoya no llegó a ningún río Birú, sino a un cacicazgo llamado así, pero ubicado en el golfo de San Miguel, en territorio panameño. Cuestiona, además, aseveraciones fantasiosas, como las del padre Fernando de Montesinos, quien dedicó sus crónicas a —supuestamente— demostrar que Perú provenía del antiguo nombre bíblico Ofir.

Porras descubre que el nombre del Perú no aparece en ningún documento hasta 1527; que la empresa descubridora de Pizarro, Almagro y Luque era conocida en Panamá como “la Armada del Levante”; y que solo la voz popular llamaba, con burla, a los desertores de ella como “los del Perú”. Es decir, la palabra asociada, inicialmente, a un cacique panameño fue cambiando en el tiempo para ir designando a las tierras descubiertas hacia el sur, hasta nombrar al antiguo Tahuantinsuyo: “No es palabra quechua ni caribe, sino indohispana o mestiza. No tiene explicación en lengua castellana, ni tampoco en la antillana, ni en la lengua general de los incas, como lo atestiguan Garcilaso, y su propia fonética enfática, que lleva una entraña india invadida por la sonoridad castellana. Y, aunque no tenga traducción en los vocabularios de las lenguas indígenas ni en los léxicos españoles, tiene el más rico contenido histórico y espiritual. Es anuncio de leyenda y de riqueza, es fruto mestizo brotado de la tierra y de la aventura y, geográficamente, significa tierras que demoran al sur”, escribe Porras en su ensayo. Y, parafraseando a Basadre, podemos decir que es una palabra que significa más una promesa que una realidad.

Foto: Instituto Raúl Porras Barrenechea.
Foto: Instituto Raúl Porras Barrenechea.

Programa de aniversario

El Instituto Raúl Porras Barrenechea realizará un homenaje virtual con motivo del sexagésimo aniversario del fallecimiento del insigne e ilustre canciller e historiador sanmarquino, ocurrido el 27 de septiembre de 1960.

Lunes 28 de septiembre del 2020 (5: 00 p.m.)

- Palabras del señor del alcalde de Miraflores. Sr. Luis Alfonso Molina Arles.

- Palabras del Dr. Orestes Cachay Boza. Rector de la UNMSM

Palabras del Dr. Felipe San Martín Howard. Vicerrector de Posgrado e Investigación UNMSM

- Palabras de Director de la Academia Diplomática del Perú. Embajador Allan Wagner Tizón

- Palabras del Director Ejecutivo del Instituto Raúl Porras Barrenechea.

Embajador Harry Belevan-McBride

- Conferencia Magistral: “Recordando a Raúl Porras Barrenechea a los 60 años de su fallecimiento”. Dra. Carlota Casalino Sen.

Martes 29 de septiembre del 2020 (7:00 p.m.)

- Palabras del Director General de las Unidades Desconcentradas VRIP-UNMSMM. Dr. Armando Yarlequé Choca.

- Testimonios sobre Raúl Porras Barrenechea a cargo de Dante Paiva Goyburu, Poll Gallegos Heredia, Ricardo Pinto-Bazurco Mendoza, Fernando Obregón Rossi, entre otros.

- Recuerdos testimoniales de los doctores. Carlos Fernández Sessarego, Mario Vargas Llosa, Roger Eloy Loayza Saavedra y Jorge Puccinelli Converso.

Transmisión por:

Video recomendado

Profesor usa Tiktok para enseñar historia del Perú
Se trata de Juan Quispe Aguilar, docente en colegios públicos y privados de la región Cusco.

Contenido sugerido

Contenido GEC