María Calcaño: la poeta venezolana y el cuerpo
María Calcaño: la poeta venezolana y el cuerpo
Redacción EC

DIANA GONZALES OBANDO

Al encontrarse con una poeta como , cuyos versos retumban en los ojos, la experiencia de leer se torna de fuego:  “Su libro quema, María Calcaño. Tengo los dedos y los ojos abrazados de leerlo y de tenerlo. Se abre el libro, y se enciende como yesquero. Se cierra, se apaga, pero queda uno chamuscado”, le escribió el poeta Andrés Eloy Blanco tras leer su poemario “Alas fatales” (1935).

MADUREZ PRECOZ
Nació en Maracaibo en 1906 y solo vivió cincuenta años. Un cáncer pulmonar terminó con la poeta, pero no pudo remover ni un milímetro la intensidad con que vivió, equivalente al poder de sus poemas. 
A los 14 años Calcaño ya era esposa de Juan Roncajolo, y antes de los 30 años era madre de seis hijos. Solo más tarde pudo viajar a Colombia, Ecuador y Perú. 

CELEBRACIÓN DEL CUERPO
Su poesía es considerada dentro de la vanguardia venezolana, la misma que se cultivó bajo la sombra del dictador Juan Vicente Gómez  quien, durante tres décadas, estuvo al mando de Venezuela. Calcaño figura en las antologías como la poeta que manifestó una expresión de erotismo temprano y se enfrentó, con su palabra,a una tradición de represión. 
Sus palabras representan una celebración del cuerpo, la mirada intimista que teje vínculos entre el verso y la mujer que los escribe. 
La voz que habita su obra disfruta de ser carne y piel, de estar en movimiento, de pertenecer a la naturaleza. “¡Qué de belleza!, / ¡qué de frescura tiene mi cuerpo!, / ¡cuando la aurora llega y me toma / medio desnuda / sobre la yerba! (Del poema “Madrugada”). La libertad de su palabra se refleja en las imágenes de sus versos, no se amedrentó ante las críticas de los grupos más conservadores, al contrario, no dejó de escribir y publicó después de “Alas fatales”, “Canciones que oyeron mis últimas muñecas” (1956). Sin embargo, “Entre la luna y los hombres” (1960) fue el libro más “escandaloso” de los tres, lástima que la autora no haya estado viva para presenciar aquellas reacciones. 

LA PALABRA MÁS BONITA
Cultivó, además, pequeños poemas así como textos más narrativos que no pierden su carácter poético. Uno de ellos es “Credo”, donde ella misma se dibuja completamente: “MI MAYOR defecto, la inconstancia; mi gran virtud, la piedad; mi atracción, el mar; mi animal, el gato; mi gran temor, la víbora; lo más repulsivo, los pantanos; mi flor, el loto; mi oración, el Ave María. El mejor libro, los Cantos de Maldoror. El que me hace dormir, . La palabra más hueca, amistad; la más bonita, silencio...”. 
La obra de Calcaño se hizo conocida en 1983 gracias a la antología del escritor Cósimo Mandrillo. Sin duda, es una poeta que aún tiene mucho por decir.

Acontinuación puede leer tres creaciones de la peota venezolana María Calcaño: Credo, Cosmos y Por el bello fauno arrebatada.

CREDO

“MI MAYOR ambición, ser rica; mi adoración perpetua, el hombre; mi debilidad, el amor; mi día favorito, el lunes; mi número, el siete; mi piedra preciosa, el zafiro.

LO QUE CONSIDERO más perfecto de mi cuerpo, los senos; mi deseo constante, viajar; mi color favorito, el azul; mi metal, el bronce; lo que me alegra más, la lluvia; lo que me entristece, los locos.

MI MAYOR defecto, la inconstancia; mi gran virtud, la piedad; mi atracción, el mar; mi animal, el gato; mi gran temor, la víbora; lo más repulsivo, los pantanos; mi flor, el loto; mi oración, el Ave María. El mejor libro, los Cantos de Maldoror. El que me hace dormir, El Quijote. La palabra más hueca, amistad; la más bonita, silencio...”.

COSMOS

Una gran desnudez:

mi cuerpo
y la noche…
¡Pero sueño en el alba!

Alba:
abertura de sangre
y de alas.

Y el pájaro,
dueño del bosque
con un trino…

¡La vida 
es este montón de tierra fértil!

El hombre
y yo
somos la quimera.

Dios
en su grave verdad.

Y sobre nosotros,
como una maldición,
esta sombra monstruosa...

POR EL BELLO FAUNO ARREBATADA

Persiguiendo unas algas
me alejo de la playa.
La mañana se queda pendiente
de mis ojos.

Una alta ola
me alcanza todo el mar.
Y ha invadido el mar mi selva
con su cristal crujiente y deshilvanado.

Arrebatada por el más bello fauno,
que no soñó la tierra,
¡me doy un susto de azul inmenso!

¡Toda brazos, toda vida,
toda aliento!

Estoy con el mar
como se está con un hombre.

EN ESTA NOTA PODRÁ CONOCER SOBRE LA TRAYECTORIA DEL ESCRITOR VENEZOLANO

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