Gorgas nació en 1854 y sirvió a su país y a la medicina mundial desde 1880 hasta 1920, cuando falleció en Londres. (Foto: Wikimedia Commons)
Gorgas nació en 1854 y sirvió a su país y a la medicina mundial desde 1880 hasta 1920, cuando falleció en Londres. (Foto: Wikimedia Commons)
Héctor López Martínez

William Crawford Gorgas nació en Mobile, Alabama, el 3 de octubre de 1854. Fue hijo del general confederado Josiah Gorgas, muy cercano a Jefferson Davies y al general Robert E. Lee, los líderes civil y militar más importantes del Sur en la cruenta Guerra de Secesión (1861 – 1865). William, desde niño, sintió intensa vocación por las ciencias y se graduó de doctor en medicina. En 1880 se incorporó al Cuerpo Médico del Ejército de los Estados Unidos. Ya entonces había iniciado exitosas investigaciones sobre las enfermedades tropicales, especialidad en la que alcanzaría logros notabilísimos que lo convirtieron en benefactor de la humanidad.

En 1898 una comisión médico – militar norteamericana inició trabajos de saneamiento en La Habana, donde la fiebre amarilla era endémica. En este empeño fue decisivo el aporte del médico cubano Carlos Juan Finlay, quien descubrió que la enfermedad era transmitida a través de la hembra de un mosquito llamado Aedes aegypti, que vivía en pantanos, charcos y todo tipo de aguas estancadas. Gorgas estableció la metodología para el saneamiento en que se mezclaban el rigor científico y el militar. Sus ordenanzas eran precisas. Así, por ejemplo, la primera de ellas anotaba: “Todas las cisternas, pozos, goteras y acumulaciones de agua capaces de criar mosquitos deben ser abolidas o defendidas por rejillas y cuidados de tal manera que no puedan criar mosquitos en ellas”.

Cuando Ferdinand de Lesseps, exitoso constructor del Canal de Suez inició las obras del que sería Canal de Panamá, uno de los problemas mayores que frustraron la llamada etapa francesa de la gigantesca obra fue la muerte de decenas de miles de trabajadores a causa de la fiebre amarilla y la malaria. Años más tarde, los norteamericanos reanudaron los trabajos y una medida inicial fue el saneamiento de Panamá, Colón y la extensa y difícil área de las obras. Aquí la dirección operativa de Gorgas en las variadas tareas de sus cuadrillas integradas por médicos, bacteriólogos, antropólogos, etc. fue no solo plenamente exitosa sino también ejemplar. Con el grado de coronel se había convertido en una celebridad universal.

Al iniciarse la Primera Guerra Mundial se le encargó a William C. Gorgas la reorganización del Cuerpo Médico del Ejército de su país, viajando al teatro de operaciones, en Francia, donde sus conocimientos y experiencia de higienista lograron óptimos resultados. Ascendido a general casi al final de la contienda, en 1918, Gorgas pasó a la situación de retiro y fue contratado inmediatamente por el Instituto Rockefeller para que se pusiera al frente de trabajos de saneamiento en San Salvador y en la ciudad de Guayaquil. El gobierno del Perú pidió que también dirigiera campañas de su especialidad en nuestro país.

Gorgas llegó al Callao en el vapor “Perú” el sábado 6 de setiembre de 1919. Un reportero de El Comercio lo esperaba y, de inmediato, pudo tener una extensa charla con el ilustre científico. Al describirlo, apuntó: “El general Gorgas, que es alto, sin serlo en demasía, tiene blanco el cabello pero erguido el busto y ágiles los movimientos. Dijo que venía para dirigir las obras de saneamiento en Piura si se llegaba a un acuerdo con el gobierno. La Fundación norteamericana pagará una parte de los gastos que demanden los trabajos y el Perú lo restante”. Al día siguiente conversó largamente con el presidente Leguía llegando a un cordial acuerdo. Gorgas viajó a Piura, dictó las medidas pertinentes al doctor Hannson, uno de sus asistentes, y su equipo que llegó rápidamente puso manos a la obra. El general retornó a Estados Unidos comprometiéndose a volver el año siguiente. Las labores de Hannson comenzaron en Paita y pasó luego a Sechura. En Catacaos encontraron una epidemia de peste bubónica y fue necesario derribar buen número de viviendas. En enero de 1920, la Fundación Rockefeller, la Fundation Company y el gobierno peruano llegaron a un acuerdo para luego de sanear Piura continuar con todos los departamentos del norte siendo el siguiente Lambayeque. Otro trabajo encomendado fue la erradicación del paludismo en los valles que rodeaban Lima.

Tal como estaba previsto el general Gorgas llegó al Callao el 3 de marzo de 1920. Nuevamente conversó con El Comercio esta vez en el Hotel Maury, donde se alojó. Su agenda era extensa e intensa. En su entrevista con el presidente Agusto B. Leguía éste le pidió estudiar el saneamiento de otros puntos del Perú. Luego viajó a Piura donde revisó y aprobó los avances que se venían dando y anunció que Paita sería tomado como modelo para los futuros encargos. Dijo que, lamentablemente, era necesario destruir viviendas pues el zancudo propagador de la fiebre amarilla se cobijaba en los intersticios de las paredes, en las rendijas de las puertas y en lugares donde permanecía invisible. También los zancudos estaban en los depósitos de agua potable y no quedó más remedio que destruir varios de ellos. Obviamente las personas afectadas no permanecieron en la intemperie sino en casas provisionales de madera construidas rápidamente por la Fundation Company. Con nuevos proyectos en su maletín de trabajo, Gorgas marchó a Europa. En Bruselas fue condecorado por el rey Alberto de Bélgica pasando luego a Londres donde debía prepararse para un viaje a África. Desgraciadamente lo sorprendió un ataque de apoplejía falleciendo el 3 de julio de 1920. Las obras que Gorgas planificó inicialmente en el Perú continuaron.

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