A veces en la historia no todo es lo que parece (o parecía). Muchos acontecimientos o ciertas teorías del pasado comienzan a cambiar tras el hallazgo de nuevas fuentes documentales o producto de investigaciones o interpretaciones contemporáneas. En otros casos, los mitos están tan bien elaborados que pasan por ciertos. Con motivo de las Fiestas Patrias les ofrecemos un adelanto del artículo que podrán leer mañana en El Dominical, donde vemos las medias tintas en ciertos episodios históricos que siguen enseñándose en el colegio como reales.
—¿Es verdadera la fotografía de Bolognesi y su estado mayor en Arica?—
La historia es harto conocida: las fuerzas chilenas enviaron a un emisario, el mayor Juan de la Cruz Salvo, para pedir la rendición de las tropas peruanas en Arica; frente a ello, el jefe de la guarnición peruana, Francisco Bolognesi, respondió que “pelearía hasta quemar el último cartucho”. Existe una pintura de Juan Lepiani que retrata la escena conocida como “La respuesta”, en la que se ve al anciano militar con su estado mayor. Lo sorprendente es que en la década de 1990 —más de cien años después— comenzó a circular una fotografía en la que se veía a Bolognesi y los mandos de Arica en aquel histórico momento. La imagen fue hallada en Tacna y ofrecida a este Diario, pero se puso en duda su autenticidad. Se dice que Genaro Delgado Parker la adquirió luego y la mandó restaurar en los estudios Kodak, en Estados Unidos, donde le aseguraron que pertenecía al siglo XIX, y que no se trataba de ningún montaje.
Sin embargo, la duda persiste entre los especialistas, como el historiador argentino Julio Luqui-Lagleyze: algunos detalles —botones, botas, espadas— no corresponden a los usados por los peruanos en Arica, y como infiere la historiadora Sobrevilla se trataría más bien de la foto de una representación teatral realizada hacia fines de la década de 1890.
Un especialista en la fotografía de la Guerra del Pacífico, Renzo Babilonia, sostiene que, sin entrar en polémicas, la imagen es sospechosa. Sobre todo porque los rostros de los retratados no se parecen a las fotografías de la época tomadas por Courret ni tampoco a los del cuadro de Lepiani, quien era muy realista al pintar a sus personajes. “Pero, a favor de una supuesta autenticidad de la foto —afirma Babilonia—, te puedo decir que en el tiempo de la guerra sí había un estudio fotográfico en Arica, el Rodrigo. Ahí se tomaron fotos muchos de los combatientes”.