A tres meses de iniciado el estado emergencia nos hemos visto en la necesidad de incluir en nuestro vocabulario el término “nueva convivencia” y, de la mano con ello, repensar nuestras relaciones una vez concluido el confinamiento. Pero ¿qué hay de la convivencia dentro de casa?
Si algo logró este período de aislamiento social fue evidenciar la disparidad de los roles de mujeres y hombres dentro del hogar y los desafíos por encarar. De acuerdo a un estudio realizado por GenderLab, durante la cuarentena, los hombres afrontaron en menor escala que las mujeres retos a nivel emocional —ansiedad, angustia, falta de concentración— y laboral —tener espacio y tiempo para separar las obligaciones en casa y el trabajo—. Inclusive, aumentó en 18% la proporción de mujeres que asumieron la mayor cantidad de tareas del hogar y el cuidado de los hijos, mientras que en el caso de los hombres solo se dio un incremento en 3%.
Estos datos confirman la tarea pendiente que tenemos: redefinir los roles en el hogar y construir una nueva masculinidad. Cuántos tenemos aún frescas en la memoria las imágenes de noticieros y posts en redes sociales resaltando como algo sumamente atípico el que cientos de hombres salieran a hacer las compras para la casa, lo que solo alimentó prejuicios y creencias que debemos visibilizar para superar.
En Natura, por ejemplo, creemos en una nueva masculinidad que replantea el papel del hombre en la sociedad: acepta que puede tener miedo y ser frágil, flexible y expresivo, emprendedor y desafiante. Es una masculinidad que se aleja de la visión “tradicional” que enaltece la fuerza física, la autoridad y la rigidez para pasar a una visión más sana y constructiva de él mismo. Esto visto en ámbitos como la crianza, la participación en el hogar, el éxito y el cuidado personal, cuya construcción inicia y se da en casa y en los que se ha empezado a observar cuestionamientos a los estereotipos de antes.
También implica una reflexión y, en consecuencia, una actualización de los conceptos con que anteriormente se asociaban estos ejes. ¿Qué ejemplo le doy a mis hijos o hijas sobre qué es ser hombre? ¿De qué manera y en qué medida me involucro en las tareas del hogar? ¿Cuál es la medida del éxito? ¿Está bien cuidar de mí mismo y de mi apariencia? El poder dedicar tiempo y atención a fortalecer las relaciones y crear espacios de convivencia saludable se ha convertido en una tarea clave que debemos asumir. Hoy sabemos que estar presentes significa participar activamente en lo que sucede en nuestros hogares. Ser conscientes de esto nos abre el camino hacia una nueva masculinidad.
Este Día del Padre, celebremos a todos aquellos hombres que cumplen con esta feliz labor recordando que la “nueva convivencia” ya empezó y que todos participamos de la construcción de una sociedad justa, equilibrada y sana para todos y todas. Siempre empezando por casa.
*Renzo Ibañez es comunicador y Gerente de Asuntos Corporativos de Natura