Podría pensarse que, en medio de la crisis sanitaria global más grave de los últimos 100 años, sería buen momento para dejar que sean quienes han dedicado su vida a investigar esto los que nos informen y aconsejen. Pero el sábado pasado un animador televisivo dedicó parte de su programa en señal abierta para recomendar gárgaras con un preparado de bicarbonato de sodio, limón y agua tibia. A decir del individuo, de quien no se conocen credenciales científicas, este menjunje otorgaría una virtual inmunidad al nuevo coronavirus. Tras ser criticado en redes y medios de comunicación, difundió un video aclarando que su “preparado” no sirve ni para curar ni prevenir la enfermedad.
Pero este no es el único caso en medio de esta coyuntura. Como ya lo han alertado reportajes en Buzzfeed News, The New Republic y The New Yorker, la pandemia global que nos asola ha sido trampolín para una pléyade de noveles y autoproclamadas voces autorizadas en políticas de salud pública, tratamientos médicos, farmacología, bioestadística y temas afines.
Por dar solo un ejemplo, el artículo más compartido y traducido a más de una docena de idiomas, “Coronavirus: por qué debemos actuar ahora”, y su secuela, “La danza y el martillo”, han sido escritos por un español llamado Tomás Pueyo, un empresario y agregador de contenidos que ahora es representado por una firma de relaciones públicas. De otro lado, el abogado Richard Epstein escribió un artículo en un blog en el que aseguraba que, según sus cálculos, no morirían más de 5.000 personas por el coronavirus en Estados Unidos; se dice que su texto fue compartido en el círculo de allegados al presidente Trump. Como para pensar en las implicancias de amplificar voces sin autoridad en estas circunstancias.
Gatos encerrados
El pasado 5 de abril se reportó un tigre en un zoológico de Nueva York infectado con coronavirus, presuntamente transmitido por un trabajador del recinto. Esto confirma un estudio en Hong Kong que señalaba que los felinos eran más proclives a contagiarse. Además del tigre, tres leones y cuatro tigres del mismo zoológico han manifestado síntomas. Y, si bien se espera que se recuperen sin problemas, varios de los millones que viven con gatos en casa se preguntan si deben preocuparse. Aunque no hay estudios concluyentes, es posible que una persona contagie a su gato y que este, a su vez, contagie a otros, pero es altamente improbable que un humano sano se contagie a través del felino. Artículos en La Tercera y The Verge sugieren a quienes tienen gatos tomar las mismas precauciones que tendrían con otro ser humano. Si tienen la enfermedad o síntomas, eviten contacto con él. También se sugiere no dejar que felinos salgan a merodear por el barrio. Es por su bien.
Labores esenciales
Cuando se trata del reconocimiento debido, más vale tarde que nunca. Esta semana, Jacinda Ardern, jefa de gobierno neozelandesa, aseguró a todos los niños de su país que tanto el conejo de Pascua como el hada de los dientes (por acá es más popular el ratón) desempeñan labores esenciales en su país durante la pandemia, reportó The New York Times. Ello, sin embargo, no implica que no sea más complicado para estos, particularmente el primero, cumplir con sus labores, por lo que les pidió a los ciudadanos menores de edad comprensión, paciencia y buen humor. En un contexto en el que se busca proteger a los niños y niñas de una pandemia mortal, también es importante recordar que las formas en las que les pedimos que colaboren son tan importantes como el fondo. No cuesta nada ser como la ministra Ardern.
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