Roberto Ángeles monta "Hamlet" en Teatro Británico [ENTREVISTA] - 9
Roberto Ángeles monta "Hamlet" en Teatro Británico [ENTREVISTA] - 9
Dante Trujillo

Ángeles (Lima, 1953) es desde hace cuatro décadas uno de los personajes más importantes del teatro peruano. Ha escrito (o coescrito) piezas como “¿Quieres estar conmigo”?, y dirigido muchísimas obras, desde clásicos griegos hasta textos  de dramaturgos peruanos contemporáneos. Sus formas de trabajo siempre destacan por su potencia discursiva. Es, además, cabeza de un taller casi ineludible para cualquier candidato a actor profesional. En estos días ha estado muy ocupado con un doble estreno, que incluye la puesta de un viejo anhelo personal: el drama del príncipe de Dinamarca.

Has estrenado “Flora Tristán”, de Salazar Bondy, en el flamante C. C. de la Universidad de Lima; y en el Teatro Británico, una nueva versión de “Hamlet”. ¿Te reveló algo ese trabajo casi simultáneo?
No, no he encontrado una coincidencia especial. Hamlet es un proyecto que tengo desde hace muchos años, mientras que lo de Flora Tristán viene de este. Hay quizá coincidencias obvias pero a las que no he querido referirme específicamente, sino que han surgido en el camino. Todos los directores profesionales tenemos proyectos guardados, y los hacemos cuando encontramos la oportunidad: no fue deliberado hacer en paralelo dos obras, y menos pretender que tuvieran coincidencias temáticas, que realmente no las hay.

Las producciones del Teatro Británico comenzaron hace poco más de diez años con una obra dirigida por ti, casualmente también de Shakespeare: “El mercader de Venecia”. Y has dirigido más piezas suyas (“Macbeth”, “Noche de reyes”, etc.). 400 años después, ¿qué tiene que decirnos Shakespeare?
Él pone en sus tragedias todo lo que los dioses que habitan en nosotros nos quieren decir, vanamente, igual no lo oímos. Es cómo lo dice Shakespeare lo que nos conmueve tanto, reconocemos en él un arte que nos hacer creer más en nosotros mismos, nos maravillan sus formas dramáticas.

Escena de la puesta de Hamlet en el Teatro Británico, dirigida por Roberto Ángeles. (Foto: Juan Ponce Valenzuela)

Los grandes dramas encarnan muchas veces los arquetipos. ¿Cuáles son para ti las claves de “Hamlet”? ¿En qué radica su vigencia, su contemporaneidad?
En que explora la esencia de nuestra humanidad, nuestra capacidad de acción, nuestra capacidad de reflexionar bellamente sobre lo que hacemos, nuestra voluntad y capacidad de decidir, nuestra torpeza en la ejecución. Todo esto en las manos de la juventud. Es muy hermoso cómo lo ha hecho Shakespeare, y lo es también que le pase esto a un joven: resultaría patético si le ocurriese a un hombre de 40 años. En un joven de 23 la duda es naturalmente bella, es parte de la belleza de la vida, su torpe exploración, aunque no llegue a resolverla. La historia real está llena de estos casos.

Se han hecho en nuestro medio muchos montajes de la obra. ¿Cuál crees que sea la marca de tu versión?
Precisamente señalar este drama de la juventud en sus diferentes acercamientos.

Escena de la puesta de Hamlet en el Teatro Británico, dirigida por Roberto Ángeles. (Foto: Juan Ponce Valenzuela)

El año pasado reestrenaron “¿Quieres estar conmigo?”, que coescribiste y estrenaste en 1988. En medio de todas tus ocupaciones, ¿tienes tiempo y ganas de escribir?
Muchísimas, esta vez sobre la vida de mis padres y sus orígenes, sus dramas.

¿Has avanzado en ello?
No, literariamente, en el sentido de que no tengo nada escrito todavía, pero pienso mucho en ello. Las referencias a mis padres son constantes en las reuniones y conversaciones que tengo con mis familiares; siempre tenemos presentes a las personas que nos han antecedido, como gente que ha luchado por salir adelante, realizar sus proyectos personales, lo que finalmente han devenido en nosotros. Nosotros somos los proyectos de nuestros padres. Así se ha creado nuestra familia, nuestro país, mezclando aspectos divertidos y fuertes, dolorosos. Quiero escribir sobre eso.

Escena de la puesta de Hamlet en el Teatro Británico, dirigida por Roberto Ángeles. (Foto: Juan Ponce Valenzuela)

¿Te ha tentado algo que no sea el teatro?
Hago fotografía silenciosamente… como es la fotografía.

Has dirigido más de 25 talleres de formación actoral, de donde han salido muchos de los actores más destacados de nuestro medio. ¿Qué te da enseñar?
No hay tarea más bonita que atender a un joven en su proceso de maduración, en sus torpezas.

Hace unos meses, un poco celebrando tus 40 años de trabajo, publicaste “Dramaturgia de la juventud y la muerte”. ¿Es real y, sobre todo, sólida esta especie de resurgimiento de la dramaturgia peruana?
Es absolutamente real, y crecerá mucho más. En algún momento empezaremos a producir maravillas, espera un poco, recién estamos entendiendo que la vida es esencialmente dramática, y que los peruanos vivimos en drama desde nuestro nacimiento, nuestra historia oscila entre el drama, la tragedia y la comedia, según sea el momento de la historia. Nuestros dramas internos y personales son exactamente los mismos que los del Perú.

Escena de la puesta de Hamlet en el Teatro Británico, dirigida por Roberto Ángeles. (Foto: Juan Ponce Valenzuela)

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