Torres cree que no cambiará mucho el panorama.
Torres cree que no cambiará mucho el panorama.
/ Hugo Perez
Fernando Vivas

Conversamos con resultados en la mano. Torres ‘confirma los imprevistos’, si se puede llamar así a esas pequeñas sorpresas y tendencias que, sin embargo, no cambian drásticamente lo anunciado en anteriores sondeos.

—¿Por qué un simulacro es mejor que una encuesta de intención de voto?

En la encuesta, la persona puede decir: “No sé por quién votar”. En el simulacro, se le da un ánfora y una cartilla que puede marcar o dejar en blanco. Se parece más a lo que va a ocurrir.

—En ese simulacro gana, valga la ironía, nadie: 43% de blancos y viciados.

Es una cifra récord. Normalmente, en las elecciones parlamentarias el blanco y viciado es elevado, pero anda alrededor del 20% o 25%.

—¿Pero se va a reducir?

Podríamos proyectar que se va a reducir, pero será mayor a lo habitual. Hay demasiadas opciones en una campaña donde ningún partido es muy fuerte. Está muy dispersa la información, por eso muchos no escogen. Esto me lleva a la reflexión de que es importante que la valla electoral se aplique para eliminar a los partidos con menor apoyo popular.

—Más es menos. AP sigue liderando pero, al no llevar conocidos, ¿podría suceder que algunos cambien de marca?

AP ha escogido rostros no muy conocidos; otros partidos lo contrario. En los últimos días, algunos conocidos podrían levantar. Es una buena hipótesis, pero no puedo contestarla, veremos si se confirma el domingo.

—¿Ni se puede prever quién se beneficiaría?

No podemos preverlo. Sabemos que hay nombres que han tenido apoyo popular como [Daniel] Urresti, que quedó segundo en la Alcaldía de Lima. Su partido, sin embargo, tiene muy poco apoyo. Pero eso no está ocurriendo. En estos tres meses, la gente ha sido constante en mencionar a los partidos que ocupan los primeros cinco lugares.

—El Partido Morado (PM) casi empata con FP. La novedad es una razón señalada en la encuesta.

Hay demanda por novedad. En el caso del PM, es completa, porque es un partido nuevo. En el caso de AP, es un partido con tradición, pero con el mensaje de llevar rostros nuevos.

—La lucha anticorrupción es un tema capital. Sin embargo, no aparece como la principal razón para apoyar o descartar un partido.

Es cierto, ningún partido, ni el Morado, que es nuevo, ha logrado identificarse de manera absoluta y plena con esa bandera. Todos hablan de eso, pero ninguno se diferencia en eso. Si, de repente, uno llevara fiscales en su lista, tendría mayor credibilidad con esa bandera.

—En FP, ¿el trajín judicial de Keiko Fujimori ha sido crucial?

La caída en estos años ha sido por el comportamiento de su bancada y las denuncias contra ella. En el último año se estabiliza en su núcleo duro, no creo que baje más. Es uno de los casos donde no esperaría mucho movimiento, ni para arriba ni para abajo.

—Somos Perú (SP) es una sorpresa.

Sí, ha levantado al final. Probablemente, tiene que ver con la actividad de los alcaldes y las bases en distintos lugares, y un símbolo que tiene presencia desde la época de Alberto Andrade. Es una pequeña lampa, digamos, y limpia de mayores escándalos.

—A propósito de escándalos, el caso de Daniel Mora no está recogido en el sondeo. ¿Tendrá impacto en el PM?

No está medido. Puede que tenga impacto en frenar un crecimiento que se podría haber dado. El PM venía creciendo lentamente y podría haberse disparado al final. De pronto aparece este bache y si bien han tratado de resolverlo rápido, deja un mal sabor.

—Solidaridad Nacional es el que más ha gritado y está en ‘otros’. ¿Somos menos sensibles al efectismo?

Sí, es una conclusión razonable y sorprendente porque en otros países sí ha funcionado. En otros lados, una dosis de exageración y mentira ha tenido impacto. En el Perú no la está teniendo. La mayor parte de la ciudadanía quiere elegir congresistas que tengan una posición neutral respecto al gobierno, no obstruccionistas.

—¿Nos volvimos desdeñosos ante el populismo?

Hay populismo y populismos. Probablemente, la dosis en esa campaña ha sido desmedida.

—Como decías, la gente pide un Congreso conciliador: 74% es contundente.

En encuestas en los últimos tres años lo hemos visto. La gente está harta de la confrontación.

—¿Qué podría pasar la próxima semana?

Se pueden producir fenómenos que cambien lo que vemos hoy, pero mi sensación es que no esperaría grandes cambios, que en términos generales vamos a tener los cuatro o cinco partidos de los primeros lugares y del resto, tres o cuatro lograrán pasar la valla.

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