Las últimas dos semanas han revivido públicamente los enfrentamientos en el interior del Partido Aprista. De un lado, Jorge del Castillo acusó irregularidades en la designación de Mauricio Mulder como cabeza de lista, pasando por encima de los resultados de las elecciones internas. Del otro, Mulder le enrostró al ex primer ministro su incapacidad para aceptar la derrota interna y lo acusó de hacer declaraciones por encargo del gobierno de Martín Vizcarra.
Los ánimos empezaron a calentarse una semana antes de las elecciones internas, durante la celebración del último congreso partidario en el que eligieron a las máximas autoridades nacionales, el 26 de octubre. Del Castillo emitió una carta protestando por el proceso previo de esta asamblea, y no postuló a ningún cargo interno.
Mulder, Elías Rodríguez y Benigno Chirinos –integrantes de la dirigencia elegida en el anterior congreso que fue anulada por el JNE– formaron una lista en la que sumaron a César Trelles como candidato a la presidencia del partido. La lista competidora –conformada por Carlos Roca, Franklin Reyna, Jorge Villasante y el exsecretario de Alan García, Ricardo Pinedo– se armó el mismo día de la elección, y perdieron por 36 votos.
El contexto de estos enfrentamientos es que en realidad ningún grupo en el Apra actualmente tiene una posición preponderante, explican fuentes de esa organización. La salida de Enrique Cornejo y su grupo, previo a las elecciones municipales del 2018, debilitó al sector de Del Castillo. Los otros grupos no están mejor organizados, pero mantienen a la organización con vida interna.
La decisión de incluir a Mulder en la cabeza de lista se tomó antes del congreso partidario y de las internas, el 22 de octubre, señala el secretario general político, Benigno Chirinos. Fue ratificada el 1 de noviembre, con la nueva formación de la comisión política, días antes de las internas, según un comunicado. La baja votación que obtuvo Mulder en este proceso se debió a varios factores, entre ellos, refieren fuentes apristas, a que no hizo campaña.
A eso se añade que en este proceso –al igual que en todas las últimas votaciones internas– solo han podido participar, como electores y elegibles, los apristas que figuran en el Registro de Organizaciones Políticas (ROP). Como informó este Diario, el Apra arrastra un problema: una gran parte de sus militantes no están reconocidos ante el ROP, por lo cual no pueden participar en los procesos de democracia interna.
Alexis Meléndez, uno de los candidatos a Lima, señala que muchos militantes que tienen este problema quieren que el organismo electoral reconozca su afiliación desde la fecha de inscripción real. En su caso, optó por hacer que reconozcan su inscripción desde el año 2009, pese a que ingresó al partido en el 2004.
Estos problemas no descartan el castigo de las bases hacia Mulder con la baja votación.
Dos semanas después de las elecciones internas, el Apra no ha publicado el resultado final, por lo que sus candidatos han comenzado sus campañas tarde. Pero la lista ya está finalizada. En la relación por Lima solo hay tres excongresistas que postularán: Mulder, Nidia Vílchez, antes electa por Junín, y Carlos Rivas Dávila, elegido por primera vez en el primer gobierno aprista y ministro de Economía en ese régimen. Treinta de ellos no han postulado al Congreso antes. El único que no es militante del partido es el expresentador de noticias Mijael Garrido Lecca.
Entre los candidatos se encuentra José Pimentel, personero legal del partido. De acuerdo al especialista en derecho electoral José Manuel Villalobos, los personeros legales no pueden postular. Pimentel asegura que como fue elegido miembro de la comisión política, sus funciones serán asumidas por el personero alterno en esta campaña.
El camino que tiene por delante el partido de la estrella es cuesta arriba. Después de su segundo gobierno, sus resultados en las elecciones parlamentarias han sido exiguos: cuatro legisladores en el 2011, cinco en el 2016, pese a que en esta última tuvieron a su líder histórico Alan García como candidato presidencial y al Partido Popular Cristiano y Vamos Perú de aliados.
La línea que han trazado para la campaña es de oposición a la gestión de Martín Vizcarra, buscando llegar al 32% que lo desaprueba. Mauricio Mulder y Benigno Chirinos dicen que van a promover la vacancia del presidente por ineptitud, presunta corrupción y violación de la Constitución. Otros candidatos, entre ellos Renzo Ibáñez, han señalado que serán oposición al régimen.
El problema es el resto de la agenda. De un lado, Chirinos sostiene que promoverán el retorno a la Constitución de 1979. Del otro, Garrido Lecca propone una agenda liberal. Aún quedan pendientes reuniones para afinar la campaña.
Pero las posibilidades de tener una bancada fuerte en el próximo Congreso no son bajas. De acuerdo con la encuesta de El Comercio-Ipsos, el Apra se encuentra justo por debajo de los cuatro partidos que pasarían la valla, con 3% de intención de voto. Si logra captar dos puntos más, entrará al Congreso.
La fragmentación del voto podría generar que pocos partidos pasen la valla, y la porción de la torta que le toque a cada uno sería grande, explica el politólogo Mauricio Zavaleta. El problema será, según Zavaleta, que al Apra le puede costar más que a cualquier otro partido ganar un voto.