En menos de una semana, el Partido Morado se ha visto en medio de una crisis que tiene como protagonistas a Daniel Mora, uno de los fundadores y aún candidato al Congreso de la agrupación, y a su líder Julio Guzmán. Esta situación se da a solo días de las elecciones al Parlamento del domingo 26 de enero.
Tras la denuncia por agresión contra Mora –hecha por su esposa en marzo del 2019 y ratificada por ella misma en declaraciones a la prensa–, el último domingo “Panorama” reveló imágenes en las que se ve a Guzmán saliendo raudamente de un edificio en Miraflores el 28 de mayo del 2018. Guzmán no regresó al lugar pese a que se producía un incendio en el departamento en donde estuvo con una militante del partido. Consultados por El Comercio, dirigentes del partido buscaron bajar el tono de este incidente.
Francisco Sagasti, cabeza de la lista al Congreso de Lima y secretario nacional de plan de gobierno, señaló que solo se está haciendo seguimiento al tema. “Por el momento, no hay un comunicado inmediato ni mucho menos. Iremos viendo la evolución de asunto”, refirió. Además, consideró que el caso de Mora es “más sustantivo e importante”.
Carlo Magno Salcedo, secretario nacional de Doctrina de la agrupación, informó que Guzmán se reunió con dirigentes del partido ayer en la mañana y explicó lo ocurrido. “En lo personal me doy por satisfecho”, aseveró.
Asimismo, consideró que hay un intento de querer “torpedear” al partido.“Es una campaña de demolición a un partido que tiene las posibilidades de tener una representación importante”, dijo el también candidato.
Durante el día, este Diario intentó comunicarse con otros miembros y candidatos del partido, pero no respondieron o indicaron que iba a haber un pronunciamiento. Sin embargo, este no se dio, pero luego integrantes y postulantes del grupo declararon por la noche en el mismo sentido que Salcedo.
Alberto de Belaunde, candidato invitado de la lista por Lima, dijo anoche que las críticas a Guzmán son “parte de una campaña para que el Partido Morado no siga creciendo y el nuevo Congreso sea más de lo mismo”.
En el programa “Al estilo Juliana”, afirmó que el economista no es candidato en estas elecciones y que la ciudadanía “va a tener no solo hoy y los próximos días, sino mucho tiempo hasta el 2021”, cuando se realicen las elecciones presidenciales, “para construir o reconstruir la relación de confianza” con el líder su agrupación.
De Belaunde dijo que Guzmán y la militante de su partido con la que estaba en el departamento siniestrado tomaron juntos la decisión de que él no retorne, porque “no había ningún tipo de riesgo”. “Con la información que hay hasta el día de hoy, Daniel [Olivares] y yo le creemos a Julio Guzmán”, acotó.
A su turno, Olivares, otro postulante al Parlamento del partido, descartó que vaya a alejarse de la organización. “Abrirnos a cinco días de las elecciones sería bastante irresponsable y sería seguirle el juego a todas estas fuerzas oscuras que quieren que el Partido Morado se desmiembre ahorita”, subrayó.
Anoche, Zenaida Solís, dirigente y candidata al Congreso, dijo en Canal N que en el partido hubo voces que pidieron que Guzmán tome una licencia, pero que al final no se aceptó esa opción.
—Perspectivas—
Para Mabel Huertas, del grupo de análisis político 50+1, la actitud de Guzmán ante el incendio revela que “estamos ante una persona dubitativa, temerosa, que no es firme y no es transparente. Entonces, ¿cómo puede una persona con esas carencias aspirar a la presidencia de un país”. Acotó que incluso la entrevista que Guzmán dio a “Cuarto poder” terminó por, dijo, evidenciar que no respondía concretamente ni se indignaba ante las calificaciones de su interlocutor. Aún así, Huertas resalta que la dirigencia del partido ha sabido sortear el problema con Mora. “El partido ha resultado ser más que su líder”, opinó.
El analista Juan de la Puente coincide en que si bien las reacciones de la dirigencia fueron positivas en el caso de Mora, resultaron insuficientes. Sin embargo, optó por diferenciar al partido de su líder, apuntando que el grupo tiene fundamentos que le podrían ayudar a sobrevivir sin su máximo referente. Sobre Guzmán, refirió que es muy difícil una estrategia de control de daños, considerando que el problema está en los hechos más que en las interpretaciones. “En la perspectiva del 2021 afecta muy seriamente, sobre todo el componente de novedad, renovador de la política que Guzmán intentaba proyectar”, manifestó.
Para el politólogo Arturo Maldonado, el daño es más a Guzmán que al partido, porque este es personalista”. “Son dos interpretaciones. Una afecta a su liderazgo y otra le da un componente de maquiavelismo, porque están dispuesto a sacrificar la seguridad de las personas para cuidar su imagen personal”,dijo.