Paredes Castro no pierde esperanzas reformistas, a pesar de sus oscuros presagios sobre las próximas elecciones. (Foto:César Campos/GEC)
Paredes Castro no pierde esperanzas reformistas, a pesar de sus oscuros presagios sobre las próximas elecciones. (Foto:César Campos/GEC)
/ Cesar Campos
Fernando Vivas

lleva décadas observando la política peruana, a la que ha dedicado cientos de columnas en El Comercio (fue director interino y editor de Política) y algunos libros. En el último de ellos, “La presidencia ficticia” (Planeta, 2017), plantea una reforma del mayor poder en el Perú. Hablamos de eso, de las elecciones imprevistas, de los partidos que las afrontan y –¡vaya presagio!– de sus dudas sobre el 2021.

—¿Qué esperar de estas cortas e imprevistas?

Lo que comenzó mal no puedo aún decir si terminará mal. Ni siquiera tengo un escepticismo constructivo. Vamos a tener más de lo mismo. [...] Nunca debiéramos haber llegado a esto. No es posible justificar la incapacidad de nuestros líderes de poder entenderse y que, a la primera obstrucción de un poder, nace una voluntad autocrática de pasar por encima de ese poder. Vimos a pelearse con un fujimorismo con el que había conversado.

—¿Por qué lo hizo? ¿Por qué le era políticamente rentable?

En cierta forma, sí. Las voluntades autocráticas se tienen que respaldar en ciertos factores de pasión política y confrontación. Vizcarra como ministro de Transportes estaba tratando de salir del problema de Chinchero con el contralor. ¿Cómo brotó en él de pronto la anticorrupción?

—Pero la voluntad autocrática es de Vizcarra, no de PPK, ¿no?

Vizcarra, no PPK; pero ambos comparten esa incapacidad de concertar con el adversario. Lo insólito es ver a un Vizcarra antifujimorista que se aparece con un compromiso del más alto nivel anticorrupción, a partir de la mafia de Los Cuellos Blancos. [...] Volviendo a tu pregunta, ¿por qué llegamos a estas elecciones? ¿Qué pasa en nuestra sociedad,en nuestros partidos y líderes, que no pueden hacer pactos de Estado? El país se va al despeñadero. Con este Congreso que viene, si Vizcarra no tiene la capacidad de entenderse, si no sale sumiso...

—¿Qué actitudes prevés en las nuevas bancadas?

Si el gobierno tiene frente a sí un futuro Congreso opositor, va a tratar de asumir la misma actitud anterior: confrontarlo y ganar la mayor popularidad posible, diciendo: “Miren, nuevamente tenemos acá a los que causaron el trastorno”.

—¿Ves rostros con nuevas preocupaciones? ¿Los morados?

Veo nuevos rostros, pero absolutamente anodinos. No ha habido tiempo para que nuevos liderazgos formen parte de la oferta política. [El Partido Morado] es un eslogan todavía, no llego a entender bien qué es. Es meritorio fundar un partido, pero hay que conectarlo con la sociedad. APP ha tenido una performance al interior del país. No se va a acabar con los odios entre todos de la noche a la mañana. Que se entiendan sobre puntos mínimos, si no, nos radicalizamos y la polarización ya no será entre fujimoristas y antifujimoristas, sino entre morados y blancos y amarillos. [...] Ojalá el Congreso viniera con el chip de la concertación y a Vizcarra se le present un ángel para romper la inacción.

—¿Hay inacción o cuesta comunicar la acción gubernamental?

Hay inacción porque hay incapacidad para entender qué es lo que se gobierna. Carlos Neuhaus fue una demostración de eficiencia [en los Juegos Panamericanos] y se decía: “Cómo no tenemos 100 Neuhaus”. Quisiéramos ver a Vizcarra aproximándose a ello. Era un solitario en Moquegua y podía tener 20 Trujillos allá. Trasladó su soledad de Moquegua a su soledad de gobierno, y tiene 100 Trujillos, todos funcionarios complacientes que le llevan el amén, pero no son garantía de gestión. [...] El señor Trujillo se da el lujo de ser ministro con el peso de investigaciones que tiene.

—Te preocupa especialmente la figura presidencial. ¿La demanda competencial ante el TC podría ayudar a reformarla?

Ojalá que no termine mal para el . No vaya a terminar avalando un cierre del Congreso basado en la denegación fáctica. No quisiera ver al TC como matasellos de la voluntad del gobierno en esta materia. [...] [Lo que hay que reformar], por ejemplo, es la vacancia presidencial. ¿Qué es la incapacidad moral permanente? Eso tiene que ser revisado. De igual manera, la cuestión de confianza.

—¿El próximo Congreso podría implementar la bicameralidad?

Ojalá. La gente ha criticado mucho al Congreso, por lo tanto, la preocupación de los congresistas debe ser dar calidad a la gestión legislativa. [...] El discurso anticorrupción del gobierno ya se agotó. Solo quedan las investigaciones fiscales del Lava Jato y el perdonavidas a Odebrecht y a Maiman con tal de obtener información. ¿Qué ha hecho Vizcarra para implementar una medida anticorrupción?

—Pasemos a los actores de reparto. ¿Cómo ves al fujimorismo tras su drama penitenciario?

Al fujimorismo no puedes borrarlo del mapa como muchos quisieran. Cuanto menos mezclemos la política con la investigación fiscal nos irá mejor. Hubo un tiempo en que la política se definía en los medios, ahora la política se define en los tribunales. Ahora, quiero ser severo con el fujimorismo. Tiene una deuda grande con el país. , aun si le hubieran hecho trampa, si no lo denunció y probó, mala suerte. Le declaró la guerra al Ejecutivo y este pensó que esa declaratoria era el fin. PPK debió tener la capacidad de negociar. Y no se trataba de arrodillarse ante una sacristía esperando un milagro, sino sentarse tranquilamente a entenderse por el país. El fujimorismo, el ‘kuczynskismo’ y el modo Vizcarra nos arrastraron al despeñadero.

—¿Ves candidatos al 2021 esperando los resultados de estas elecciones para sopesar si se lanzan?

Cuando tienes una autocracia floreciente, como la que se desprende de los actos del presidente, todos se sienten con la libertad de hacer lo que quieren. No tienes controles, hay desaprensión. Hemos ganado mucho en crecimiento económico, pero estamos casi a la deriva.

—¿Estás diciendo que Vizcarra podría inspirar a candidatos? ¿Cuál podría ser su heredero?

Más que un heredero, tengo la preocupación de qué pasa si hay quienes justifican una consumación de hechos como el cierre del Congreso, de qué pasa si Vizcarra dice que quiere seguir en el poder.

—Pregunto por candidatos al 2021, ¡y me dices que no sabes si habrá 2021!

Tengo mis dudas sobre el 2021. ¿Qué pasa si encuentra un Congreso ad hoc con el que puede prefabricar un camino de extensión de su mandato? No te olvides que ahora hay constitucionalistas para todos los momentos históricos y todas las coyunturas. Si me pongo en tu optimismo, pensemos en herederos. Si Salvador del Solar entra recordando que quería una cuestión de confianza transparente, pero hubo un barullo y tuvo que irse, y sabe cortar la huincha respecto a Vizcarra, tiene carisma y condiciones [para ser su heredero].

Y está el elenco estable de los que sabemos que quieren ser.

Si tuviera que ponerlos en un partidor con zapato de clavos, como atletas, están [César] Acuña, Del Solar, [Julio] Guzmán, y apareciendo hasta [George] Forsyth y AP tendrá un representante, no sé si [Alfredo] Barnechea o [Raúl] Diez Canseco. Ese partidor es el más ancho posible.

—Ya tenemos Junta Nacional de Justicia.

Que ha nacido con fórceps y defectuosa, pero ojalá que pueda restablecer un pleno equilibrio de poderes en el Perú

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