De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la preeclampsia es la segunda causa de muerte en el mundo en mujeres embarazadas. Pero, ¿de qué se trata y por qué es importante identificarla?
La preeclampsia es una complicación que pueden padecer las mujeres embarazadas a partir de la semana 20 y en el postparto. La OMS lo define como un trastorno hipertensivo que afecta a los riñones, hígado, cerebro y otros órganos y sistemas sanguíneos de la madre.
Preeclampsia: factores de riesgo
Existen varios factores que puede contribuir con la aparición de la enfermedad. Por ejemplo, tener presión arterial alta crónica, diabetes tipo 1 o 2 previa al embarazo, enfermedad renal o embarazo múltiple y ser una mujer mayor de 40 años.
Otros factores que se deben considerar es la obesidad, antecedentes familiares, complicaciones en el embarazo, historia con preeclampsia, fertilización in vitro, entre otras más.
¿De qué manera afecta en la salud de la madre gestante?
La preeclampsia puede afectar a los riñones, hígado, cerebro y otros órganos y sistemas sanguíneos de la madre. Además, la enfermedad puede hacer que la placenta se separe del útero y provoque un parto prematuro o la pérdida del embarazo.
Por eso, es importante que la preeclampsia se trate a tiempo, de lo contrario podría provocar eclampsia, una complicación del embarazo en la cual la persona gestante pierde el conocimiento. Eso puede provocar la muerte de la madre o del feto.
Síntomas de preeclampsia
La característica general que presentan las personas con preeclampsia es la presión arterial alta y se suele detectar en los controles prenatales que realiza la madre cada mes.
Sin embargo, existen otros síntomas y signos que también pueden dar señales de que la madre sufre de preeclampsia como:
- Proteinuria, cuando hay exceso de proteínas en la orina.
- Edema, se forma por la acumulación de líquidos. Aunque es normal la hinchazón en los pies, debe asistir al doctor cuando sienta edemas en la cara, alrededor de los ojos y en las manos.
- Aumento de peso de forma repentina.
- Náuseas y vómitos repentinos, sobre todo durante la segunda mitad del embarazo.
- Dolor abdominal, aunque se puede confundir con acidez o problemas con la vesícula, lo cierto es que este dolor se distingue porque suele ser más agudo y específico.
- Problemas con la visión, suele asociarse con irritación del sistema nervioso central o indicar edema cerebral. Si presentas pérdida transitoria de la visión, destellos intermitentes, auras, sensibilidad a la luz y visión borrosa, debes acudir con tu médico.