En un mundo digital, la conservación del patrimonio visual se ha convertido en una obligación. Hace unas semanas se desarrolló el Primer Encuentro de Archivos Fotográficos de Lima. Entre los expositores estuvo el maestro Fernando Osorio.
—¿Por qué es vital conservar una imagen?
Es el soporte privilegiado de la memoria.
—Pero las personas no lo entienden así...
Requerimos de un proceso de educación. Frances Yates en el libro “El arte de la memoria” dice que en la antigüedad el soporte de la memoria era la retórica. Hoy en día hay un consumo y producción indiscriminada de imágenes.
—Se necesitan más especialistas en conservación.
Me interesa la educación en conservación no para enseñar en una escuela, sino como
una responsabilidad y proyectarla como estrategia de acción. ¿Cuántos jóvenes de un instituto de fotografía han entrado en un cuarto oscuro? Muy pocos, pues pertenecen a la cultura del gadget. Observamos el mundo a través del celular. Los pioneros de la foto lo hicieron a través de la cámara.
—¿Cuál es el valor de una imagen?
Si te digo Cleopatra, ¿quién te viene a la cabeza?
—Elizabeth Taylor.
Nos han incorporado esa imagen a nuestro imaginario. Cuando hablamos de patrimonio documental hablamos de un patrimonio tangible. Ahí están los negativos
que vuelven a tener un valor como objeto.
—¿Qué retos afrontan los archivos fotográficos?
El filósofo francés Jacques Derrida en el ensayo “Mal de archivo” plantea que los archivos están en un paradigma todo el tiempo: viven o mueren. Podemos curarlos,
mantenerlos en coma o revitalizarlos. Son el patrimonio de todos. Necesitamos
despertar una responsabilidad de custodia que se transfiere del propio autor a
un banco de imágenes o una institución que la resguarde. Esa responsabilidad debe ser asumida. Pero no ha sido hecha a cabalidad.
—¿Cómo se debe hacer la conservación de las fotos?
Con mucho cuidado y con mucho dinero. Necesitamos tomar decisiones estratégicas
de gestión de las colecciones. Esto tiene que ver con todas las tareas inherentes a un
archivo: inventariar, registrar, conservar, diagnosticar, almacenar y catalogar. No se
puede catalogar aquello que no está registrado. No se puede digitalizar aquello que no
está catalogado y no está limpio. Lo que más cuesta en un archivo de fotos, cine o documentos son las personas.
—¿Es cierto que el archivo de un periódico es lo que más vale?
Eso y sus máquinas. Los archivos de los diarios son los bancos de imágenes. Su acceso
es importante. Nadie puede conservar lo que no conoce, lo que no ama. Lo primero es ponerlo en valor. Después es la explotación de la información y el conocimiento
que están encerrados en el archivo. ¿De qué trata? Sociales, política o deportes.
¿Qué catálogos de servicios puedo ofrecer? El archivo es el contador de las historias
inmediatas que ha utilizado la foto documental. Nosotros debemos reemplearlas.
—Las mismas dificultades de un archivo fotográfico se encuentran en un archivo
audiovisual como Televisa donde Ud. trabajó.
Claro. La cuestión es que los orígenes son diferentes. Es una tendencia generalizada
de que los ‘broadcasters’ no tienen mucho interés en sus propiedades. Pertenece a
un pasado al cual no quieren regresar.
—Pero siguen repitiendo programas como “El Chavo del Ocho”.
Y en una pésima calidad. Hay millones de horas en la televisión mundial y radio que
están esperando ser digitalizados. Las cintas duran 30 años en condiciones climatológicas controladas.
—¿Cómo conserva Televisa su patrimonio audiovisual?
En 10 años se logró hacer depósitos climatizados para conservar. Pero se requiere
hacer controles constantes. Las mejores películas del cine mexicano necesitan ser
restauradas. Digitalizar para programar no es la solución. Eso es lo que hacen. Necesitamos digitalizar para preservar.