Zinedine Yazid Zidane, -‘Zizou’ para la afición y ‘Yazid’ para sus íntimos- nace el 23 de junio de 1972, en Marsella, al sur de Francia.
El ídolo máximo del balompié galo vino al mundo en medio de una coyuntura futbolística en la que Francia empezaba a familiarizarse con los fracasos. Al parecer, el tan mencionado ‘romanticismo francés’ no había influido en su juego.
Coincidentemente, para efectos de buen augurio, en el año del nacimiento de Zidane, el francés Michel Platini hizo su debut como futbolista profesional.
Una década antes, los padres de Zizou -Smail y Malika-, naturales de Argelia, emigraron a París en el ocaso de la guerra de independencia de su país. Paradójicamente, la pareja se había mudado a tierras del bando contrario, pues Argelia buscaba emanciparse de Francia.
Luego de una breve permanencia en la capital francesa, la familia Zidane decidió moverse a Marsella, específicamente al humilde barrio de La Castellane. Esta elección distaba de ser una simple corazonada, pues el suburbio marsellés había acogido a muchos emigrantes marroquíes y argelinos por esos años.
‘Yazid’, como era llamado Zinedine Zidane por sus familiares, vivió en La Castellane hasta los 13 años, edad en la que dio un gran paso hacia el profesionalismo.
Por ese entonces, Zizou militaba en el Septeme, un equipo de la ciudad. No tuvo que pasar mucho tiempo para que se corriera la voz sobre su buen juego. Atraído por estos rumores, Jean Verraud, un cazatalentos del club AS Cannes fue a verlo al partido que iba a disputar contra el Saint Raphael. El joven Zidane jugó de defensor central ese día, una posición inusual para él, puesto que se desenvolvía como mediocampista. Sin embargo, esto no desanimó a Verraud, quien insistió en ver de nuevo a Zizou. Y así pasó, pero ya con el joven francés en su ubicación natural dentro del campo. El cazatalentos quedó fascinado con la capacidad de Zinedine Zidane, por lo que decidió llevarlo de prueba por una semana al AS Cannes. Concluidas las pruebas, el equipo decidió contratar a Zidane.
Cuatro años más tarde, Zizou debutaba con el AS Cannes en la liga francesa, el 20 de mayo de 1989 ante el club Nantes.
Eran los últimos años ochenteros y Zizou, con un futuro prometedor, se iniciaba en la máxima categoría francesa a los 17 años. Opuestamente al debut de Zidane, en 1987 Michel Platini había colgado los botines, dejando a Francia sin un referente de su categoría. Si bien Platini era un ejemplo a seguir por aquellos años, los ojos de Zidane no viraban para la acera de su compatriota, sino para la de un uruguayo que era la sensación del Olympique de Marsella: Enzo Francescoli.
El futbolista sudamericano era el modelo que quería seguir Zinedine Zidane. Este trataba de imitar su forma de jugar y sus movimientos. Tanta fue la admiración de Zizou por Francescoli que, cuando tuvo su primer hijo, lo llamó Enzo, como el prodigioso uruguayo.
Luego de 4 buenas temporadas con el AS Cannes, Zidane fue fichado en 1992 por el Girondins de Burdeos, un equipo francés con mucha tradición y en donde pudo madurar su juego. En los 4 años que defendió la camiseta Girondins, Zizou logró alzar la Copa Intertoro en 1995 y llegar a la final de la Copa de la Uefa en 1996. La calidad de Zinedine Zidane empezaba a exhibirse en el fútbol mundial.
Gracias a sus buenas actuaciones en el Girondins de Burdeos, fue convocado a la selección nacional, con la que debutó en 1994 frente a la selección de República Checa. Zidane anotó los dos goles que evitaron la derrota del conjunto francés.
“Le dedico mis dos goles a mi familia y a mi mujer, que está embarazada. Es hermoso, nunca había marcado dos tantos en un encuentro, ni siquiera en categorías inferiores. Esto es hermoso”, declaró Zidane luego de haberle empatado a los checos.
‘Les Bleus’ andaban carentes de una figura sobresaliente -desde el retiro de Platini- y no habían podido disputar las copas mundiales de Italia 90 y Estados Unidos 94. La iniciación de Zidane en la defensa de los colores patrios daba un hálito de esperanza para el tan ansiado resurgimiento francés.
Teniendo al Girondins de Burdeos como la vitrina que le permitió dar el salto a la selección francesa, Zizou quiso seguir capitalizando todo el buen trabajo realizado, ascendiendo cada vez más a nivel de clubes.
Es así que el esfuerzo -una constante en el pensamiento Zidane- dio sus frutos. La Juventus de Italia le hizo una oferta al francés, la misma que era, en términos monetarios, la mejor de su carrera hasta el momento. Sin embargo, la propuesta del club del norte de Italia guardaba un sentido más subliminal: ser parte del equipo sensación de Europa.
A excepción de 2 finales perdidas en la Liga de Campeones, Zinedine Zidane ganó todo con la Juventus de Turín. Ni bien había acordado su integración al club turinés, en 1996 ganó la Supercopa de Europa y la Intercontinental. Al año siguiente, conquistó la Serie A -también en 1998- y la Supercopa de Italia. En 1999, los italianos se llevaron la Copa Intertoto.
En el partido por la Copa Intercontinental, en 1996, se enfrentaban la poderosa Juventus con el atractivo River Plate de Argentina. Enzo Francescoli formaba parte del equipo sudamericano. Zidane no se quedó corto con tremenda oportunidad de saludar a su ídolo de la juventud. Al final del partido, Zizou le pidió intercambiar camisetas a Francescoli. El uruguayo se la brindó sin ningún problema. “Dormí con su camiseta”, dijo un sonriente Zidane al contar una de las mejores anécdotas de su vida.
A nivel de clubes, el presente de Zidane se estaba dando como lo previeron los que lo disfrutaron antes de su llegada a la Juventus. Sin embargo, la selección francesa esperaba por él y qué mejor oportunidad para corresponderle que la copa mundial organizada por Francia en 1998.
“¡Merci, Zizou!” se podía leer en el encabezado que acompañaba el rostro del francés, dentro de la imagen proyectada en el Arco del Triunfo el 12 de julio de 1998. Zidane sabía de arcos y de triunfos. Supo batir la portería del brasileño Taffarel con 2 soberbios cabezazos, para guiar a ‘Les Bleus’ a su máxima proeza deportiva en el gramado de Saint Dennis.
Francia había ganado el primer mundial de su historia de la mano de Zinedine Zidane. Había conseguido lo que no pudo Michel Platini, y los miles de franceses congregados en la Avenida de Los Campos Elíseos se lo agradecían coreando su nombre con solemnidad.
Luego de haber obtenido el título más importante a nivel de selecciones, Zizou fue galardonado con el Balón de Oro, gracias al extraordinario mundial que jugó con el azul, rojo y blanco de Francia.
La plenitud futbolística de Zidane hizo pensar que su ambición disminuiría. Sin embargo, es en ese momento cuando aparece el club español Real Madrid.
El acaudalado club madrileño había mostrado interés por Zinedine en el 2000, año en el que Zinedine tocó la gloria nuevamente con Francia, al ganar la Eurocopa. La Juventus se mostró reacia ante la idea de dejar ir al futbolista francés.
A pesar de esto, para Florentino Pérez, el entonces presidente de los merengues, la operación debía abordarse de otra manera.
Durante una cena en el principado de Mónaco, Pérez coincidió con Zidane. Este último acompañaba al príncipe Alberto en la misma mesa. El español, en un impulso de informalidad pícara, le manda un mensaje en una servilleta a Zizou. En ella, le consultó si deseaba jugar en el Real Madrid. El francés respondió con tibieza, pero afirmativamente al final. El sí de Zidane era todo lo que quería el empeñoso presidente de uno de los clubes más poderosos y ganadores de Europa.
El 10 de julio del 2001, Zinedine Zidane fue comprado por el Real Madrid por 76 millones de euros, la transacción más cara de esos tiempos. Con la compra de Zidane se inicia la ola de fichajes costosos realizados por el club albo.
Al año siguiente, Zizou conseguiría su primera Liga de Campeones. El francés anotó el único tanto de la final disputada ante el Bayern Leverkusen, dándole el triunfo al Real Madrid en Glasgow el 15 de mayo del 2002. Aquel remate de bolea es considerado como el mejor gol de la historia de la Liga de Campeones.
Ese mismo año, ganaría la Supercopa de Europa y la Intercontinental. En el 2003, año en el que ganaría sus últimos títulos con el Real Madrid, se adueñaría de la Liga y la Supercopa de España.
Zinedine Zidane el francés que había cautivado a todo el planeta con la fineza de su juego, decidió retirarse del fútbol profesional en el 2006, tras el término de la Copa Mundial de Alemania, donde Francia quedó en segundo lugar.
Tras su retiro, decidió quedarse en el club merengue para trabajar en las divisiones menores, actividad que realizó hasta el 2009, año en que es nombrado Asesor de Presidencia.
Más adelante, después de haber sido asistente de Carlo Ancelotti en la temporada 2013-2014 y luego de dirigir al Real Madrid Castilla de la Segunda División B, el 4 de enero de 2016 es nombrado como primer entrenador del Real Madrid, tras la destitución de Rafael Benítez.
Zidane tuvo como reto de bienvenida ganar la Undécima Liga de Campeones con el Real Madrid. Asimismo, dicha meta también se presentó como una prueba de continuidad: se especuló que, si no conseguía el máximo título europeo de clubes, no seguiría en el Madrid. Sin embargo, a pesar de todas las dificultades, logró la tan ansiada Undécima. Zizou no tuvo mejor estreno como director técnico, dentro de un club tan exigente como lo era el Real Madrid.
La temporada siguiente sería de ensueño para el francés. Con un equipo arrollador, Zinedine logró que el Madrid conquistara, en la temporada 2016-2017, tanto la Liga de España, -dejando en el segundo lugar al poderoso Barcelona- como la Duodécima Liga de Campeones.
Zinedine Zidane fue el mejor futbolista del mundo y, hoy por hoy, es el entrenador de moda. En las conferencias de prensa es preciso y pausado al dar declaraciones, pues más se preocupa por que su equipo hable por él dentro de la cancha. No será muy efusivo o histriónico como quisieran muchos, pero, futbolísticamente hablando, es el más romántico de los franceses.