"¿Y las 43 piezas del rompecabezas?", Jorge Ruiz de Somocurcio
"¿Y las 43 piezas del rompecabezas?", Jorge Ruiz de Somocurcio
Redacción EC

Todos los reflectores han estado dirigidos al alcalde en estas semanas. Y la verdad es que nos ha dejado con la miel en los labios. Ningún anuncio de la nueva imagen de Lima a la que nos conducirá su mandato. Solo ha dicho, que “en 4 años Lima se verá diferente”. Insiste en su apuesta por obras diseminadas por la ciudad. 

La atención puesta en el alcalde metropolitano deja sueltos en plaza a los alcaldes distritales en un momento de intenso crecimiento inmobiliario. Un informe de Gestión (publicado el 20 de enero) da cuenta de 105 cambios de zonificación en Lima el 2014 (es decir, uno cada tres días), de los cuales casi dos tercios fueron para uso comercial y oficinas, y el resto para residencias. Los cambios de usos de suelo, la presión inmobiliaria y el crecimiento indetenible (2% anual) han ido perfilando hasta tres grupos de distritos por sus dinámicas: aquellos con reconversión de usos, especialmente en Lima centro, perdiendo población; otros con intenso crecimiento residencial preferentemente de sectores populares en Lima norte, este y sur; y otros con densificación selectiva, como parte de Lima centro.

Son procesos impulsados por el mercado formal e informal. Ningún distrito tiene un plan urbano (con alguna excepción) que oriente ese crecimiento en concordancia con una visión metropolitana. Y eso afecta directamente la gobernabilidad de la ciudad. 

Son 21 alcaldes que repiten su gestión y 22 nuevos que enfrentan esa dinámica sin orientación. El único modo de disminuir ese absurdo de 43 entidades sin hoja de ruta es promoviendo actuaciones bajo la sombrilla de una visión compartida. Lo cual va más allá de ensanchar avenidas o construir pasos a desnivel y es responsabilidad del gobierno metropolitano. Es también oportunidad de usar mejor los S/. 3 mil millones que es, aproximadamente, el presupuesto anual de Lima y los distritos.

El Plan Regional de Desarrollo Concertado al 2025 dividió Lima en cuatro grandes subregiones: norte, este, sur y centro, y propuso estrategias de ordenamiento territorial a partir de esa caracterización, que el Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano al 2035 ha traducido en nuevos escenarios de intervención urbana.

Este es el momento de alentar integralidades entre distritos que tienen una cuenca compartida (Chillón, Rímac, Lurín), sistema vial integrado, un corredor metropolitano, nuevas centralidades que sirven a varios de ellos y problemas comunes. Y también el momento de redefinir sus roles. Un solo ejemplo: el endémico problema de la limpieza se puede resolver a través del tratamiento integrado de varios distritos de cada cuenca en un solo sistema.

Los distritos tienen la responsabilidad de tener una carta de navegación específica y tienen la oportunidad de identificar proyectos de acupuntura en su territorio que integren gobierno central, provincial, inversión privada y opinión vecinal. En buena cuenta, también puedan hacer la agenda de la ciudad, en la medida que el gobierno metropolitano sepa hacia dónde ir.

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