Según expertos, la mayor parte de los vehículos se moviliza solo por el 20% de las vías. (Video: El Comercio)
Juan Guillermo Lara

Como cada día Óscar debe levantarse antes de las 6 a.m. para alistarse y enrumbar desde su casa, en Carabayllo, hacia su trabajo en San Isidro. Sabe que el recorrido por la Panamericana Norte puede durar una hora y media, pero sale antes porque ese día el impredecible tráfico puede ser mayor y demorar hasta 30 minutos más.

Doce horas más tarde, y al otro lado de la ciudad, Paloma sale de su trabajo resignada. Es hora punta y el bus que toma desde el Cercado de Lima estará entre 2 y 3 horas en la Javier Prado, antes de llegar a su casa, en La Molina.

Permanecer más de tres horas en un vehículo para llegar a su destino se ha convertido ya en algo cotidiano para miles de limeños. Las vías, así como los distintos medios de transporte, se encuentran ya saturados y hasta ahora ninguna medida ha conseguido aliviar el tráfico de la ciudad.

“Lima ha crecido por partes y de forma desordenada. En su tiempo, la Vía de Evitamiento ayudó a movilizar a miles de personas, pero ahora se encuentra totalmente saturada por todos los autos que pasan por el centro de la ciudad”, indica el arquitecto José García Calderón.

Una propuesta dejada de lado. Según expertos, la mayor parte de los vehículos se moviliza solo por el 20% de las vías.
Una propuesta dejada de lado. Según expertos, la mayor parte de los vehículos se moviliza solo por el 20% de las vías.

—Anillos viales—
Según la fundación Transitemos, en la actualidad el 80% de los vehículos (privados y públicos) solo utiliza el 20% de las vías con las que cuenta Lima, lo que ocasiona la congestión que se vive todos los días.

Para evitar que la mayor parte del tráfico converja en la zona central de Lima dentro del Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano de Lima y Callao (PLAM 2035) se propuso la creación de tres anillos viales que desconcentren dicha zona y permitan que los vehículos circulen en vías periféricas y no se cruce la ciudad para llegar de un punto a otro.
Estos circuitos serían vías rápidas que permitirán a los conductores transitar por la periferia. Al no entrar en las mismas arterias descongestionan las pistas y disminuyen el tiempo de los viajes.

“La vía natural de las personas que salen de La Molina hacia el aeropuerto es la avenida Javier Prado y luego Faucett, pero con el tráfico en esa zona tomarían una hora y media. Si van por el tercer anillo, hacia Canta Callao, demorarían media hora”, explicó Alfonso Flores, gerente de la fundación Transitemos.

El 60% de las vías que formarían parte de estos anillos ya existen actualmente y lo que falta es conectarlas con la construcción de túneles.

Según el arquitecto García Calderón, San Juan de Lurigancho es un caso crítico debido a que son más de un millón de personas que tienen que cruzar necesariamente la Vía de Evitamiento para, desde ahí, movilizarse a otras zonas. “El distrito está atrapado entre cerros, dejando una única salida. Con el tercer anillo vial tendrían dos túneles que les permitan llegar al cono norte o este en unos 15 minutos”, indica García.

Este proyecto, junto con otros sistemas de movilidad, fueron elaborados dentro del PLAM 2035, desarrollado durante la gestión municipal de Susana Villarán. La gestión del alcalde Luis Castañeda Lossio no lo ha tomado en cuenta.

Flores, quien participó en la creación del PLAM 2035, precisa que es necesario que la municipalidad retome el proyecto, lo actualice y ponga en marcha, en un trabajo conjunto con el Gobierno Central.
“Algunos proyectos ya estaban siendo revisados por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC); sin embargo, ahora se han quedado entrampados y el municipio y el MTC se pelotean la responsabilidad”, indicó el arquitecto.

—Mejorar la gestión —
Para el urbanista Angus Laurie, cualquier proyecto de infraestructura dentro de un plan integral es bueno. No obstante, asegura que hasta realizar las obras se deberían tomar acciones para mejorar el tráfico con los mecanismos que ya tiene la ciudad.

“Tenemos que reordenar y gestionar las rutas de las combis, coasters y los más de 200 mil taxis que se encuentran actualmente en la ciudad. Hacemos planes, pero lamentablemente hay muchas barreras burocráticas para desarrollarlos”, dice Laurie.

Otra de las medidas que recomienda el urbanista es desarrollar un sistema de semaforización inteligente integrado en todos los distritos.

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