1. A la situación del transporte público y la saturación de las vías.
Especialistas señalan que hay demasiados vehículos de transporte público pequeños para una carga de pasajeros inmensa. En la década del 90 se liberalizó el transporte urbano y la importación de vehículos usados. La carga vehicular actual ha sobrepasado el diseño urbano y no hay adecuada renovación del parque automotor.
2. Al tránsito de vehículos pesados durante el día en las vías principales.
Los expertos consultados recomiendan que se prohíba a estos vehículos desplazarse por las vías y las troncales principales en hora punta. Proponen el establecimiento de horarios para que solamente transiten por las noches y madrugadas. Un ejemplo del caos que generan es la Vía de Evitamiento. Y si se malogra uno, peor.
3. A la ejecución de obras de construcción, y todo lo que ello implica, durante el día.
Algunas constructoras descargan materiales para sus proyectos en horas punta, lo que genera tráfico. Por ejemplo, en una calle de dos carriles, el vehículo ocupa uno de ellos y genera congestión en el otro. Ello ocurre en calles y avenidas. La Policía de Tránsito sugiere que la descarga de materiales se haga a partir de las 10 p.m.
4. A la generación de estacionamientos improvisados en las calles.
Muchos conductores suelen dejar sus autos en plena vía para evitar pagar una cochera. “Tenemos que acostumbrarnos a usar transporte masivo. Con las facilidades que están dando, todo el mundo se compra carro”, dice el coronel PNP Roger Paredes, jefe de la Policía de Tránsito. A ello se suma el déficit de parqueos en la ciudad.
5. Al desorden que se genera en las calles cuando se va a tomar un taxi.
La transacción entre el pasajero y el taxista toma su tiempo. “Como hay sobreoferta de taxis, se estira la mano y paran los vehículos en cualquier lugar en la calle. Detrás se paran cuatro o cinco. Eso genera desorden”, explica Luis Quispe Candia, de la ONG Luz Ámbar. Por ello recordó la necesidad de implementar paraderos para taxis.