(Foto: Lino Chipana)
(Foto: Lino Chipana)
Ana Briceño

Todo empezó con una llamada telefónica a las 9:45 a.m. Cristian Arias, un vecino del distrito de , se comunicó con el jefe de la División Policial de Cañete, Manuel Torres, para avisarle que había la probabilidad de que la pequeña Xohana, de 2 años, se hubiera caído a uno de los tres pozos que hay en la Plaza de Armas de ese balneario.

Minutos antes, Arias le había pedido al buzo y pescador de la zona Édgar Ramírez, de 44 años, que ingresara a uno de esos pozos para que buscara a la menor extraviada la noche del último jueves en esa plaza.

Dos de los pozos, de tres metros de altura, están cubiertos con tapas de metal sobrepuestas, sin candados. Allí hay agua empozada, según los vecinos, desde hace un año. Se sospechaba que Xohana, quien en setiembre iba a cumplir 3 años, podía haber caído casualmente.
El otro pozo estaba cerrado con unas maderas que cualquiera, sin dificultad, podría abrir. En su interior hay una bomba de agua en desuso.

“Cuando se construyó la pileta, se hicieron estos pozos que están conectados, pero la pileta se malogró y toda el agua se empozó. El alcalde nunca cercó el lugar para evitar que algún niño sacara las tapas y se cayera”, se quejó la vecina Carmen Campos.

–Identifican restos–
El buzo Ramírez llegó, cerca de las 10:45 a.m., a la Plaza de Armas de Cerro Azul con su indumentaria y solo entró para medir la altura del agujero mientras esperaba a los policías de la Unidad de Salvataje. Hasta ese momento, había cierta incredulidad entre los agentes de que el cuerpo de Xohana estuviese dentro.

El buzo no tardó ni un minuto en ingresar y salir del pozo. Su rostro reflejaba el horror del que fue testigo. Vio el cuerpo de la niña flotando con su polo fucsia, tal como aparecía en las fotos que se distribuyeron para buscarla. Casi cuatro horas después, el policía de Salvataje William Namuche retiró a la menor en presencia de agentes de Criminalística.

Gregoria Ríos, abuela de la niña, confirmó después, en la morgue de Cañete, que se trataba de su nieta. “Sus papás [Clebertón Guerra y Débora Guerrero] ya la identificaron”, dijo llorosa. Medicina Legal corroboró esta información.

La fiscalía de Cañete está a cargo de las investigaciones para determinar cómo la menor cayó al pozo y si alguien la agredió antes. Según algunos policías, se habría tropezado casualmente. Con el hallazgo del cuerpo, quedaría en libertad Nicole Quinto, sindicada como sospechosa de rapto.

–Responsabilidad–
Durante la operación, la Plaza de Armas de Cerro Azul estuvo abarrotada de personas. El alcalde del distrito, Abel Miranda, no estuvo en el lugar. El Comercio lo buscó en la municipalidad, pero nadie nos dio razón de su paradero.

Para el abogado penalista Roberto Miranda, el burgomaestre podría haber incurrido en el delito de exposición de menores al peligro seguido de muerte, cuya pena máxima es 12 años. Esto debido a que nunca se cercaron los pozos o se señalizaron. “La fiscalía deberá determinar las penas de los funcionarios municipales”, explicó.

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