Acompañar el chifa con una gaseosa bien helada. Saborear ese postre de las 5 p.m. en la oficina o untarle mermelada a una rica tajada de panetón. Los peruanos, lo sabemos, somos débiles para con la comida y actuamos con poco tino al balancear lo delicioso con lo saludable.
Para Segundo Seclén, de la Asociación Peruana de Diabetes (Adiper), esta es la razón por la que los niveles de glucosa en la sangre del 25% de limeños está por encima de los 100 decilitros (dl) en ayunas. Es decir, 2’512.978 personas están a escasos 26 dl de padecer diabetes declarada. Nada menos que 25 por cada 100 vecinos.
En el caso del país, la tasa tampoco es auspiciosa: el 23% de habitantes está por encima de los 100 decilitros (dl) de glucosa en la sangre. A la sazón, 7’242.384 personas.
Según el Ministerio de Salud (Minsa), 804.153 limeños padecen de diabetes propiamente dicha. En todo el territorio, 2’519.090 (8% de la población) sobreviven con este mal.
“No es casual que el número de pacientes con prediabetes y diabetes se duplicara en solo 10 años. Los índices de obesidad bordean el 18% y nadie se alarma, pese a que estamos ante una bomba de tiempo”, agrega Seclén, cuya institución diagnostica de cinco a ocho casos nuevos al día.
De acuerdo con un estudio publicado el 2015 en el “British Medical Journal”, sobre la base de 10 mil muestras de sangre de pacientes de diversas enfermedades en Essalud, siete de cada 100 evaluados –entre los 5, 9, 25, 30 y 40 años– tenía la glucosa por encima de los 140 dl.
Helard Manrique, de la Sociedad Peruana de Endocrinología, aclara que dicha cantidad es muy peligrosa sobre todo en adultos mayores, por los estragos cardiovasculares que ocasiona. “Antes era rarísimo tratar a niños de 3 años o a chicos de 18 con diabetes y un páncreas dañado. La comida chatarra y el sedentarismo están causando un daño muy grave”, advierte el especialista.