Ni una de las 50 camas de UCI del Hospital Dos de Mayo están disponibles. En la carpa, hasta ayer, habían 20 personas en espera.
Ni una de las 50 camas de UCI del Hospital Dos de Mayo están disponibles. En la carpa, hasta ayer, habían 20 personas en espera.
Giovanna Castañeda Palomino

Hace unos días, Patricia Ormeño se desmayó en una clínica privada después de que -una vez más- le respondieron que no había una cama UCI para su esposo Nilcer Portocarrero, un hombre de 50 años, hipertenso y diabético, que el domingo pasado dio positivo de COVID-19. En menos de una semana, él generó un cuadro de neumonía y requería atención urgente. Ya no podía seguir en la Villa Mongrut debido a que no hay Unidad de Cuidados Intensivos. En Essalud, donde están asegurados, les dijeron que no había espacio en otro centro.

“Hemos movido cielo y tierra. En Sabogal no había cama UCI. Almenara tampoco, Ate tampoco. Rebagliati había como 10 en cola. Hospitales del Minsa igual. Con mi familia queríamos ponerlo en una clínica privada y pagando lo que sea. Algunos decían que eran S/ 80 mil, otros que eran S/6 mil diarios. Me sentía tan frustrada porque ni siquiera pagando podía obtener esa cama UCI. No había”, cuenta Patricia vía telefónica a El Comercio.

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Ella, así como sus dos hijas, también tienen COVID-19. Todas tienen síntomas, están tomando medicinas y aún así estuvieron en una búsqueda intensa por una cama UCI. Finalmente, este viernes pudo conseguir una en el Hospital Dos De Mayo, donde la situación está a tope. Nilcer, su esposo, ya ha sido intubado.

En diálogo con este Diario, el médico intensivista Jesús Valverde, quien atiende en este nosocomio y es el presidente de la Sociedad Peruana de Medicina Intensiva (SOPEMI) asegura que el esposo de Patricia es uno de los pacientes que ocupa las 50 camas UCI que tiene este hospital. Todas están ocupadas y no hay espacio para nadie más. “La capacidad del hospital está al máximo, se están abriendo más salas, pero hay lista de espera. Está complicada la situación. No tenemos a quién más ayudar, estamos desbordándonos”, manifestó.

Así como las camas UCI, las 150 camas de hospitalización también están todas ocupadas. Lo mismo ocurre en emergencia: las 20 camillas están con pacientes; hasta ayer había 20 personas con COVID-19 en los módulos de espera y 20 pacientes en camillas en la carpa que se habilitó desde que inició la pandemia. Valverde aseguró que esta semana empezó a llenarse nuevamente y que hay “más personas menores de 50 años, más jóvenes”.

"Se está pareciendo mucho a lo ocurrido en julio y agosto", señaló el médico intensivista Jesús Valverde, quien atiende en el Hospital Dos de Mayo.
"Se está pareciendo mucho a lo ocurrido en julio y agosto", señaló el médico intensivista Jesús Valverde, quien atiende en el Hospital Dos de Mayo.

“Hace diez días empezó a llenarse todo y en los módulos de emergencia también están esperando pacientes con oxígeno. Se está pareciendo mucho a lo ocurrido en julio y agosto. Está acelerándose demasiado rápido. Demasiado”, precisó y señaló que este incremento podría tener relación con la nueva variante del virus.

El Hospital Dos de Mayo es uno de los nosocomios que fue mejor equipado en los últimos meses por la pandemia del COVID-19. De seis camas en la Unidad de Cuidados Intensivos pasó a tener cincuenta. A pesar de este incremento, ahora ya no pueden recibir más pacientes porque tampoco hay personal médico.

En estas carpas marrones funcionan los tópicos de admisión del Hospital Dos de Mayo. Aquí llegan los pacientes de COVID-19 para enfermería y para la toma de placas. (Foto: El Comercio)
En estas carpas marrones funcionan los tópicos de admisión del Hospital Dos de Mayo. Aquí llegan los pacientes de COVID-19 para enfermería y para la toma de placas. (Foto: El Comercio)

“En cuidados intensivos estamos trabajando todos. Acá somos alrededor de 28 médicos intensivistas, 90 enfermeras y 60 técnicos para las 50 camas”, dijo Valverde y agregó que está haciendo más turnos de lo que deben para cubrir todo. Están al límite de la atención en esta segunda ola, como ya lo ha reconocido la ministra de Salud, Pilar Mazzetti.

Actualmente, Lima Metropolitana figura con “nivel alto” de alerta sanitaria. Esta clasificación fue anunciada el miércoles por el Gobierno en el marco de las medidas para afrontar la segunda ola de contagios de coronavirus. Mazzetti señaló el último jueves que dicha clasificación se debe a que la capital cuenta con mayor oferta hospitalaria y equipamiento médico para el tratamiento de pacientes de coronavirus.

Así como las camas UCI, las 150 camas de hospitalización también están todas ocupadas en el Hospital Dos de Mayo.
Así como las camas UCI, las 150 camas de hospitalización también están todas ocupadas en el Hospital Dos de Mayo.

Sin embargo, para Valverde, por lo que están viviendo en el Dos de Mayo, debería ser “muy alto” como en otras regiones. “La población se tiene que cuidar porque ya la capacidad del sistema de salud pública está al tope. Lima debería ser una zona de muy alto riesgo. “El personal de salud está haciendo demasiado esfuerzo para atender a todos”, sostuvo.

Nilcer Portocarrero, el esposo de Patricia y uno de los pacientes en la UCI, tiene el pronóstico reservado. Sus dos pulmones están comprometidos y tiene daño hepático. “Ha sido en un dos por tres. Ha sido terrible”, cuenta ella, quien no pudo ir al Dos de Mayo porque ha empezado a sentir escalofríos y dolor de espalda por la infección de COVID-19 que también tiene. “Ruego a Dios que salga de esto”, dice antes de colgar.

Este Diario intentó comunicarse con la doctora Rosario Kiyohara, directora del Hospital Dos de Mayo, pero hasta el cierre de este informe no respondió la llamada ni los mensajes.

En la carpa azul, hay 20 camillas con oxígeno. Actualmente, todas están ocupadas. (Foto: El Comercio)
En la carpa azul, hay 20 camillas con oxígeno. Actualmente, todas están ocupadas. (Foto: El Comercio)

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