Los vendedores de materiales quirúrgicos de la avenida Emancipación, en el Cercado de Lima, sufrieron un fuerte revés en la última intervención de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat): les decomisaron productos de contrabando valorizados en un millón de soles.
Esta operación es una de las 1.470 que ha realizado la Sunat en la capital para combatir el contrabando entre enero y junio de este año, y el valor de las mercancías intervenidas suma en total US$48 millones. En el país, se han ejecutado 6.010 operaciones y el valor decomisado suma US$89 millones. Estas intervenciones se dan en carreteras, aeropuertos y puertos marítimos.
El contrabando es considerado un delito aduanero, en el que se burlan los controles de la Sunat al ingresar mercancías del extranjero sin pagar impuestos, o si son de procedencia nacional, no son presentadas para su reconocimiento físico en sus dependencias.
Se considera contrabando cuando el valor de lo intervenido supera las cuatro UIT (S/.15.400).
En lo que va del año, los bienes más decomisados por la Sunat en Lima han sido cereales, equipos de telefonía y comunicación, instrumentos médico-quirúrgicos y prendas de vestir y calzado.
DIFÍCIL UBICACIÓN Y RUTAS
Giovanni Guizado, gerente de Prevención del Contrabando y de Operaciones Especiales de la Sunat, indicó a El Comercio que hoy no se puede elaborar un mapa de intervención de los lugares donde se vende contrabando en Lima, pues este está presente en todos los centros comerciales.
“En la mayoría de mercadillos, ferias o centros comerciales de la capital existen puestos formales, y otros que no son del todo formales o son mixtos: venden productos legales y de procedencia dudosa, que puede ser contrabando”, dijo Guizado.
Agregó que los agentes de la Sunat recorren todos estos centros y evalúan qué vendedores ofertarían productos ilegales. En esos casos, se les investiga sus movimientos comerciales. “Hay también un trabajo visual, pues declaran que venden ropa, pero en su local encuentras electrodomésticos”, indicó el funcionario.
A ello se suma la vigilancia en las puertas de ingreso del contrabando a la capital. Además de la Panamericana Norte y Sur y la Carretera Central, están vías como la Túpac Amaru por el norte y varios caminos por Cieneguilla, en el este. Allí se hacen patrullajes intermitentes.
Según Guizado, en sus intervenciones trabajan más en conjunto con las municipalidades distritales. Afirma que tratan de que estas, dentro de sus competencias, sean más celosas al otorgar permisos de funcionamiento: por ejemplo, si un comerciante va a vender productos relacionados con la salud, lo ideal sería que las comunas pidan el permiso dado por la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas.
SE APUNTA SOLO A LA MERCANCÍA
Raúl Saldías, presidente de la Comisión de Lucha contra el Contrabando, de la Sociedad Nacional de Industrias, explicó a este Diario que este delito es un negocio de bajo riesgo y alta rentabilidad, pues hasta la fecha no hay ningún contrabandista grande encarcelado.
“Las autoridades se fijan en la mercadería, pero no en capturar a las personas ligadas a las mafias del contrabando. Por eso nadie es investigado, ni capturado ni sentenciado”, refirió.
Según Saldías, para tener resultados más concluyentes contra este delito, la primera línea de acción del Estado debe estar en las fronteras.
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— Sociedad El Comercio (@sociedad_ECpe) julio 20, 2015