Luis Silva Nole

Sin contar las veces que ha tenido que narrar el trauma a familiares o amistades íntimas, para una víctima de abuso sexual es muy doloroso contar una y otra vez los detalles del delito a los operadores de justicia: policía, fiscal, juez. Y más doloroso lo es aun para una víctima menor de edad, más vulnerable y con menos recursos emocionales que una persona adulta para afrontar problemas extremos.

De ahí la importancia de las 29 cámaras Gesell con las que cuenta el Ministerio Público en el país para albergar entrevistas únicas a niños, niñas y adolescentes que son presuntas víctimas de un delito de índole sexual. Sin embargo, por falta de presupuesto y personal la fiscalía no puede disponer de esos ambientes al máximo de su capacidad, explicó a El Comercio la psicóloga clínica Gisella Tenorio, coordinadora de cámaras Gesell del Ministerio Público.

EVITAN LA REVICTIMIZACIÓN

"En la cámara Gesell un psicólogo de la fiscalía dialoga con el o la menor sobre los pormenores del delito sexual del cual presuntamente él o ella ha sido víctima. La conversación se da en un lenguaje apropiado para la edad de la persona entrevistada. Siempre protegiendo el estado emocional de la presunta víctima, el psicólogo formula las preguntas que el fiscal le comunica a través de un audífono. Así se evita la revictimización de la presunta víctima. Es decir, esa es la única vez en que la persona presuntamente agraviada narra los hechos", detalla Tenorio.

Sin embargo, la especialista refiere que el Ministerio Público no puede disponer de todas sus cámaras Gesell por falta de presupuesto y de personal. "Somos 400 psicólogos de la fiscalía en todo el país, y muchas veces ese número no es suficiente para todas las diligencias necesarias", indica la psicóloga.

Por ejemplo, en el local del Ministerio Público de la cuadra 3 del Jr. Azángaro, en el Cercado de Lima, existen dos cámaras Gesell, pero una de ellas no es utilizada porque no hay el número suficientes de psicólogos. Cada entrevista dura en promedio entre 40 minutos y una hora, y la cámara Gesell que sí es usada en el mencionado local recibe, en promedio, cuatro entrevistas diarias. "Lamentablemente, el Ministerio de Economía y Finanzas no aprueba para el Ministerio Público todas las partidas de presupuesto solicitadas", sostiene Tenorio.

¿CÓMO FUNCIONAN LAS CÁMARAS GESELL?

La cámara Gesell tiene dos ambientes: la sala de entrevistas y la sala de observación. La primera tiene una mesa con sillas de colores para niños y sillas de tonos más sobrios para adolescentes. En las paredes no hay elementos distractores. Un micrófono ambiental cuelga del techo y una cámara de video con alcance de 360 grados está una de las esquinas superiores. En ella el psicólogo realiza la entrevista a la presunta víctima y, de ser necesario, usa muñecos para que esta grafique el delito. Ambas salas están separadas por un espejo falso.

El psicólogo le dice a la presunta víctima menor que está haciendo grabada y esta no puede ver a las personas que la observan y oyen, a través del espejo falso, desde la sala de observación. En esa segunda sala están el fiscal penal (si el agresor es un mayor de edad) y un fiscal de familia (si el agresor es un menor de edad o para proteger los derechos de la presunta víctima), los abogados de ambas partes, los padres o tutores de la presunta víctima y el policía que inició la investigación (si el caso llegó procedente de una comisaría).

El video de la entrevista es quemado en un CD y entregado, lacrado, al fiscal para que sirva como elemento probatorio para la denuncia penal que presentará al Poder Judicial.

LIMA CONCENTRA EL 29% DE CASOS 

En Lima y Callao existen 9 cámaras Gesell. La implementación de cada cámara cuesta aproximadamente 80 mil soles. Según cálculos del Ministerio Público, el año pasado se registraron unos 6 mil casos de delitos contra la libertad sexual en menores: violación, tocamientos indebidos, actos contra el pudor y explotación sexual. Del 2011 al 2014 el número de esos casos en el país se elevó en 45%. Lima concentra el 29% de los casos, según la fiscalía.

Elvira Álvarez, jueza superior de familia, explica a El Comercio que las cámaras Gesell también deberían ser usadas para proteger la estabilidad emocional de testigos menores de edad que rinden testimonio en casos de abuso sexual contra otros menores. "Según los lineamientos de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, debería protegerse al máximo a los testigos menores. Eso no sucede porque el Ministerio Público no tiene los suficientes recursos para extender a ellos el uso de las cámaras Gesell", dice la jueza.

En el país existen otras 22 salas de entrevistas únicas (en Lima solo hay una en El Agustino) que sirven para los mismos fines, pero sin espejo falso. 

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