“Lamento todo. No encuentro la paz. No consigo estar bien. [...] Júzguenme y tendré que vivir con esto”, dijo Carlos Javier Hualpa Vacas ante los jueces, minutos antes de recibir sentencia. Cerró su testimonio por videollamada desde el penal de Cochamarca (Cerro de Pasco) llorando.
Hace poco más de un año, Hualpa Vacas no mostró la misma sensibilidad que dice tener ahora. En abril del 2018, tras un mes de planificarlo, compró gasolina, la escondió en un frasco de yogur y persiguió a Eyvi Ágreda Marchena, de 22 años, hasta el bus que la llevaba a su casa en Chorrillos. No era la primera vez que lo hacía, conocía todos sus pasos. Se acomodó en uno de los asientos del bus y aprovechó que Eyvi se durmiera para bañarla en gasolina y prenderle fuego. En segundos, el 60% del cuerpo de la joven sufrió quemaduras que le destruyeron los órganos internos. Eyvi luchó durante 37 días, pero no sobrevivió. Es su familia la que nunca encontrará la paz.
Pese al pedido de la defensa de Hualpa de que este sea procesado solo por lesiones graves, ya que “solo tuvo la intención de desfigurar a Eyvi mas no de matarla”, el martes los jueces de la Primera Sala Penal para Procesos con Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia de Lima lo sentenciaron a 35 años de prisión.
Hualpa fue encontrado responsable de los delitos de feminicidio agravado consumado en agravio de Eyvi, lesiones graves por los 8 pasajeros del bus que resultaron con lesiones, y peligro común (peligro por medio de incendio o explosión) en agravio el Estado. El feminicida no deberá salir de prisión hasta abril del 2053.
—La sentencia—
En su sentencia, los magistrados desbarataron uno a uno los argumentos presentados por Hualpa para evadir la acusación de feminicidio.
La sala determinó que no hay duda de que Hualpa tuvo la intención de causar la muerte de Eyvi por su condición de mujer, al sentir que ella no debía negarse a sus pretensiones.
En su manifestación, Hualpa aseguró que quería desfigurar a Eyvi porque “ella utilizaba su belleza para burlarse de los hombres”. Dijo que le compró zapatillas, la inscribió en un gimnasio y solo recibió rechazo de su parte. Los jueces aseguraron que no pudo acreditar ninguna de esas supuestas compras.
La sentencia ha sido firme en resaltar que Hualpa había planificado el ataque a Eyvi, ya que, incluso, aseguró que decidió hacerlo en un bus porque ahí no existen cámaras de seguridad.
"Lo había planificado todo al milímetro", dice parte de la sentencia.
Los magistrados también tomaron en cuenta los testimonios de los 9 pasajeros que estuvieron en el mismo bus que Eyvi y también resultaron afectados.
Una de ellas es Karin Enriquez Alvarado, quien sufrió quemaduras de segundo grado. Ella asistió el martes a la lectura de sentencia.
Enriquez estuvo sentada al lado de Carlos Hualpa y delante de Eyvi. Ella vio cómo Hualpa seguía los movimientos de la joven a través de la cámara frontal de su celular. Según contó, Hualpa lucía sospechoso porque subió con una capucha y lentes oscuros. "Lo mucho que pensé que haría sería asaltar a alguien", dijo.
A ella le cayó gasolina en todo el brazo derecho, por lo que estuvo dos meses internada. Aún está inhabilitada para trabajar porque le han colocado injertos en la piel.
"Estoy contenta por Eyvi porque creo que se hizo justicia", dijo al enterarse de la sentencia.
En la sentencia también quedó establecido que Hualpa actuó con dolo eventual porque pudo haber ocasionado daños muchos mayores a los otros pasajeros.
"Generó un peligro concreto para los pasajeros del bus, porque el hecho ocurrió en la noche en un bus público cuando hay más concurrencia de gente", dice el documento.
También quedó claro para la sala que el feminicida acosaba a Eyvi, pues la perseguía, incluso, hasta su casa. Para ello, los jueces tomaron en cuenta la declaración de una compañera de trabajo de Eyvi que fue testigo de las veces que Hualpa acosó a la joven en el trabajo. Así como la manifestación de una de las hermanas de Eyvi quien detalló que Hualpa llamaba diariamente a Eyvi por teléfono, pese a que ella le había dejado claro que no quería hablar con él.
La defensa de la familia de Eyvi dijo que está satisfecha con la condena; sin embargo, el Ministerio de la Mujer señaló que esperaban la cadena perpetua.
Eliana Revollar, de la Defensoría del Pueblo, explicó que para pedir la máxima pena se tienen que considerar agravantes como antecedentes del feminicida, que en este caso, no hubo. “Si se aplica una pena máxima como la cadena perpetua sin que haya agravantes, el riesgo es que la Suprema puede declarar la nulidad”, dijo.