Luego de cuatro días del final de la cuarentena obligatoria, el inicio de la fase 3 de la reactivación económica traslada la atención de las autoridades hacia un nuevo foco de propagación del coronavirus: el transporte público.
La entrada en vigencia de la convivencia con el COVID-19 trajo de vuelta los problemas estructurales de este sector en la capital: desorden, congestión, colas en paraderos y hacinamiento en pequeñas unidades informales. Todos estos factores aumentan el riesgo de un repunte significativo de los contagios en Lima Metropolitana y otras ciudades del país. A la fecha, solo la capital registra más de 162.000 infectados y 4.725 fallecidos por esta enfermedad.
Las recomendaciones del Gobierno para evitar el contagio dentro del transporte público han sido diversas. El 30 de junio, el presidente Martín Vizcarra anunció que se evaluaría normar el uso obligatorio de protectores faciales en buses. La medida incluye la distribución de 10 millones de estos implementos a todos los pasajeros; sin embargo, aún no se fija una fecha de entrega.
El jueves, mediante la publicación del Decreto de Urgencia 079-2020, el Gobierno aprobó la entrega un subsidio por S/116 millones por un plazo 30 días para los transportistas.
La Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) detalló que se pagará por kilómetro recorrido. Asimismo, para acceder al beneficio, los operadores deberán contar con acreditación vigente, brindar el servicio en buses autorizados y cumplir las rutas y horarios establecidos por las normas.
¿Qué aspectos deberá adoptar el transporte púbico para optimizar el servicio y reducir contagio? Esto opinan los expertos consultados.
1 Aumento en la flota de buses para satisfacer la demanda
La normativa para el traslado de pasajeros durante la nueva fase reduce en casi un 50% el número de viajeros por unidad, para garantizar el distanciamiento social. Ayer, la Cámara de Transporte Urbano pidió a la ATU aumentar el número de unidades.
Para Alfonso Flórez, gerente general de la fundación Transitemos, la medida debe ser revisada “cumpliendo los protocolos y condiciones ambientales”. Añade que debe aumentar la supervisión sanitaria en cada unidad con ayuda de la policía o las Fuerzas Armadas. “La ATU solo tiene 120 inspectores para más de 25 mil unidades”, señala.
Luis Quispe Candia, presidente de la ONG Luz Ámbar, indica que este organismo también debería convocar a licitación que permita completar la flota de buses que opera en los cinco corredores viales de la ciudad.
2 Aplicación de horarios escalonados
Flórez recomienda a las autoridades ser “más contundentes” en esta decisión y delimitar los horarios por sectores.
Por su parte, Quispe asevera que dicha medida sobre la demanda sería insuficiente, ya que los viajes tanto de empleados públicos y formales –sobre los que se aplicaría esta medida– representan solo 4,5 millones, de los 20 millones de viajes diarios que se realizan en la ciudad.
3 Subsidio al Metropolitano y corredores viales
El ministro de Transportes, Carlos Lozada, señaló ayer que la entrega de subsidios aprobada por el Gobierno solo alcanzará a los transportistas convencionales y dejaría de lado a los operadores del Metropolitano y los corredores complementarios.
El anuncio fue criticado por el alcalde de Lima, Jorge Muñoz, quien calificó la medida como “discriminatoria” y que tendría un impacto en el precio que pagan actualmente los usuarios.
A través de su cuenta de Twitter, Mariana Alegre, directora ejecutiva del observatorio Lima Cómo Vamos, comentó que, si bien hay fondos de compensación en ambos servicios, no tendrían el dinero suficiente.
Flórez subraya que el problema radica en que aún no se completa la transferencia del control de ambas unidades a la ATU. “Si ambos hubieran concluido su fusión, tendrían parte del subsidio”, apunta el especialista.
“El subsidio no es fácil en el caso de los complementarios. Hay cerca de 800 buses y contratos firmados entre las empresas que operan esos corredores, la Municipalidad de Lima y el MEF. Transferir esos contratos es un proceso complicado”, agrega Flórez.
¿Cuánto dura el período de incubación del COVID-19?
Primero hay que entender que el período de incubación es el tiempo que transcurre entre la infección por el virus y la aparición de los síntomas de la enfermedad.
De acuerdo con estimaciones, el periodo de incubación de la COVID-19 oscila entre 1 y 14 días, y en general se sitúa en torno a los cinco días.
Por el momento se continúan analizando y actualizando estos datos para tener una información más precisa y detallada.
¿Cuánto tiempo sobrevive el coronavirus en una superficie?
Aún no se sabe con exactitud cuánto tiempo sobrevive este nuevo virus en una superficie, pero parece comportarse como otros coronavirus.
Estudios indican que pueden subsistir desde unas pocas horas hasta varios días. El tiempo puede variar en función de las condiciones (tipo de superficie, la temperatura o la humedad del ambiente).