A tres años y seis meses del inicio de su gestión, la Municipalidad de Lima todavía no tiene una fecha tope para erradicar a los 4 mil ambulantes informales que trabajan en el Cercado, ni a las 2.800 imprentas que operan en las casonas del Centro Histórico.
Susel Paredes, gerenta de Fiscalización y Control de la comuna, resumió ayer los logros de su oficina en los últimos meses. No obstante, admitió que no podía dar un tiempo límite a la informalidad.
Según Paredes, su gerencia ha impuesto 1.482 multas, ha clausurado 135 locales y ha recuperado 3 espacios públicos en lo que va del año. “Tenemos dos estrategias: hacemos intervenciones a diario y también trabajo de inteligencia para detectar a las organizaciones que emplean a los ambulantes”, dijo.
La gerenta explicó que hay mafias que reclutan a madres jóvenes y pobres para que vendan huevos de codorniz, piñas y tunas. Sin embargo, la comuna aún no ha organizado una intervención contra los cabecillas de estas organizaciones. Paredes tampoco precisó cuánto dinero pueden movilizar estas mafias.
Respecto a los espacios públicos, resaltó el retiro de los ambulantes del sector de Manzanilla. Empero, la funcionaria no quiso decir cuándo se desalojará a los ‘cachineros’ que ocupan el cruce de las avenidas Aviación y Grau.
“Hay que tener en cuenta que a los ambulantes no se les erradica, se les traslada o cambia de giro”, añadió la funcionaria.