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Especialistas cuestionan obras de la Municipalidad de Lima que recuperan fachadas de casonas en el Cercado que por dentro están colapsando.
Oscar Paz Campuzano

Por fuera, la casona que habitó hasta su muerte la cantante Lucha Reyes se ve renovada, como si los años nunca hubiesen pasado por ahí. Pero al cruzar el portón esa percepción cambia abruptamente, pues, aunque albergó a una de las voces más respetadas del criollismo peruano, este inmueble del siglo XVII se cae a pedazos.

La informó el último domingo, en una nota de prensa, que había culminado la recuperación de la fachada y los balcones de esta casona ubicada en la novena cuadra del jirón Áncash, en Barrios Altos. No aclaró, sin embargo, que por dentro sigue abandonada y es un riesgo para las 14 familias que la habitan. Unas fotografías difundidas por el proyecto cultural Lima Antigua, dirigido por Vladimir Velásquez, mostraron el estado de la quinta Santa Clara.



Las vigas que sostienen los balcones internos están carcomidas; las paredes tienen grietas y se están derrumbando; da la impresión de que las estructuras de madera se van a quebrar al mínimo contacto. En las noches, en los espacios comunes de esta quinta de los Barrios Altos, todo es oscuridad. Fabiola Escalante, vecina de esta quinta que todavía recuerda las historias de amistad entre su madre y Lucha Reyes, pide al municipio que arregle la casona por dentro porque tienen temor a que se les venga encima.

La casa que habitó Lucha Reyes hasta 1973, año en que murió, está en el segundo patio. Si no fuera por la ropa tendida en los cordeles, cualquiera pensaría que sus inquilinos abandonaron el lugar hace mucho. Hoy la casa la habita Arturo Carquin Bernal, junto a su hija y su nieta.

—Obra en cuestión—
La comuna de Lima pagó a la empresa Perunovo Arquitectura & Construcción S/158.585, para el mantenimiento de esta fachada con valor histórico.

El contrato fue firmado el 14 de noviembre del 2018, en la recta final de la gestión del entonces alcalde Luis Castañeda Lossio. Suscribieron el acuerdo la Sociedad de la Beneficencia Pública de Lima (propietaria del inmueble) y la referida empresa.

A la firma se le encargó pintar el frontis y retirar todos los elementos que distorsionaban la originalidad. También se pidió recuperar la estabilidad de los muros, restaurar los balcones de madera y restituir las piezas ornamentales perdidas.

—¿‘Fachadismo’?—
Pintar la fachada sin restaurar el interior del inmueble no resuelve el problema de fondo y podría invisibilizar el peligro que corren las personas que lo habitan, opina el presidente de Icomos Perú (órgano consultor de Unesco en temas de patrimonio cultural), Alberto Martorell. “Una cosa –comenta– es recuperar el ornato y otra cosa es disfrazar el problema, darle una apariencia distinta a la realidad”.

Para Antonio Polo y La Borda, miembro de la Comisión Nacional de Patrimonio Cultural del Colegio de Arquitectos del Perú, es bueno recuperar las fachadas de los monumentos siempre y cuando estas obras sean parte de la recuperación integral del inmueble. “Al recuperar solo la fachada, puede dar la falsa idea de que el monumento está recuperado y se irá postergando cada vez más su recuperación integral”.

Especialistas cuestionan obras de la Municipalidad de Lima que recuperan fachadas de casonas en el Cercado que por dentro están colapsando.
Especialistas cuestionan obras de la Municipalidad de Lima que recuperan fachadas de casonas en el Cercado que por dentro están colapsando.

En opinión del arquitecto Enrique Bonilla, especialista de la Universidad de Lima en restauración de centros históricos, la preocupación por los aspectos monumentales debe ir de la mano con los problemas sociales. Asegura que se pudo priorizar una obra para mejorar las condiciones de seguridad del interior de la quinta. “Hacer ‘fachadismo’ –dice Bonilla– no es suficiente. Es más, el ‘fachadismo’ es algo que no debería hacerse”.

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inmuebles del Centro Histórico son propiedad de la Beneficencia Pública de Lima. La mayoría tiene valor patrimonial.

—Intervención integral—
Se recuperan las fachadas porque es una primera intervención preventiva e inmediata que ayuda a recuperar el ambiente urbano monumental y a dar seguridad a los transeúntes, explicó ayer a El Comercio el gerente de Prolima (Programa de Recuperación del Centro Histórico, entidad de la MML), Luis Martín Bogdanovich.

Este es –dijo– un primer paso en la recuperación integral que se contempla en el Plan Maestro del Centro Histórico de Lima al 2028, lanzado a consulta ciudadana. “Hay toda una cartera de proyectos que incluye la recuperación integral de esta casona (Jr. Áncash 935) y otras”.

Sobre estas intervenciones integrales, Bogdanovich (quien también fue gerente de Prolima en la gestión de Castañeda) señaló que se requiere concretar el saneamiento físico-legal de cada monumento, empadronar a sus habitantes, diseñar un proyecto de intervención que no altere la originalidad del inmueble y conseguir los recursos para ejecutarlas. Esto puede tomar varios años.

Las fachadas de otras cinco casonas fueron restauradas este año por la comuna. Estas se ubican en los jirones Áncash, Callao, Junín y Rufino Torrico, y en el óvalo Francisco Bolognesi. Por dentro, algunas también se encuentran en mal estado.

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