Paul Vallejos, quien dirige el taller de fotografía, y uno de sus alumnos, Nilton Sánchez (Foto: Carlos Hidalgo).
fotografía para invidentes

Desde mayo pasado, diez personas con discapacidad visual reciben clases de fotografía, en . El menor de los participantes tiene 20 años. El mayor, 80. Tres sufren de baja visibilidad o ceguera parcial. Los otros siete son completamente ciegos

Paul Vallejos Coral, fotógrafo con 22 años de experiencia, dirige este curso en el Centro de la Imagen, que es gratuito. A su proyecto se han sumado otros 17 colegas de manera ad honorem, que no solo acompañan el aprendizaje de cada uno. Deben hacer, también, las veces de guías y describirles el paisaje o la situación que tienen al frente: alturas, anchos, colores, texturas. "Si no puedo describir algo, los hago tocar”, dice Vallejos. Y agrega: “Ellos pueden haber perdido la vista, pero no la visión”.

El próximo 11 de agosto, los alumnos presentarán en el aula sus series fotográficas y en febrero del 2019 expondrán sus mejores imágenes en el Icpna del centro de Lima.

Las cámaras que han usado los participantes fueron donadas por PT Market, una distribuidora de Canon en el Perú, y por ex alumnos del Centro de la Imagen.

—Inspiración—
Hace 12 años, Paul Vallejos visitó Tingo María. En un recorrido por la ciudad, encontró a un grupo de niños jugando fútbol. Un pequeño de 8 años permanecía muy cerca de ellos sin participar del juego. Cuando el fotógrafo se acercó notó que era ciego del ojo derecho.

Vallejos estableció un fuerte vínculo con él y su familia. Los apoyó para que el niño, llamado Nilton Sánchez, pudiera atenderse en Lima. Pero al llegar ningún médico pudo ayudarlo ni a recuperar la visión del ojo derecho ni a detener el proceso degenerativo que amenazaba al ojo izquierdo. 

El niño se quedó en Lima para estudiar en un colegio especial para personas con discapacidad visual. El fotógrafo se convirtió en una suerte de ángel guardián para él. "Para mí, Paul es como un padre, un amigo, un hermano mayor", dice Nilton, que este año cumplió 20. 

Hace tres años, Nilton se enteró de que en Estados Unidos había fotógrafos parcial o totalmente ciegos. “Oye, Paul, ¿tú crees que yo pueda hacer fotos?”, le preguntó. Paul le cedió una de sus cámaras antiguas y desde entonces el muchacho no ha dejado de registrar la ciudad. “La fotografía es algo que no puedo definir, pero me resulta interesante”, dice.

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