Yasmin Rosas

A penas llega a la Clínica de Día, Briana, de tres años, empieza a buscar con la mirada a su inseparable Luana. En vano, la pequeña recorre todos los ambientes en donde se realizan quimioterapias y transfusiones de sangre y plaquetas dentro del .

Ante la negativa, le pregunta con mucha insistencia a su abuela Carmen Palomino Oscco a qué hora va a llegar su mejor amiga, casi un año menor que ella. Mientras espera en la sala, continúa con las preguntas, pero esta vez se dirige a las enfermeras y curiosea sobre lo que van a hacer durante su sesión. ¿Duele?, dice mientras corretea en círculos.

Al rato llega Luana a bordo de un scooter, usando un casco y una mascarilla que dejan ver muy poco de su rostro. A penas cruzan miradas las niñas se besan y abrazan. ¡Amiga Briana!, ¡amiga Luana!, se dicen una después de la otra.

Su cuchicheo comienza a sonar fuerte en los pasillos y se combina con las risas y llantos de otros niños y la voz cálida de las enfermeras. En unos segundos, ellas han cambiado las ropas de colores y los estampados de personajes animados por una bata de hospital. A ambas, diagnosticadas con leucemia, les toca pasar por la quimioterapia.

En un ambiente tradicional ellas permanecerían sentadas en una sala bajo la supervisión de sus padres y del personal médico. Pero en el INSN San Borja se han implementado nuevos métodos para ayudar a sus pacientes, niños y jóvenes de todo el Perú, a superar el dolor, miedo y estrés durante el procedimiento.

Luana y Briana deben visitar el INSN San Borja al menos cuatro veces a la semana para poder realizar sus controles. Ambas, diagnosticadas con leucemia, deben someterse a la quimioterapia. (Foto: Bryan Albornoz)
Luana y Briana deben visitar el INSN San Borja al menos cuatro veces a la semana para poder realizar sus controles. Ambas, diagnosticadas con leucemia, deben someterse a la quimioterapia. (Foto: Bryan Albornoz)
/ Bryan Albornoz

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Desde hace algunos meses, la Asociación Civil Proyectos de Amor y el instituto han puesto en marcha el proyecto Sobre Ruedas y ahora se tienen ocho triciclos adaptados para portar sueros y cajas de quimioterapias. La idea es que, principalmente los niños y niñas, puedan usar los vehículos mientras dure su tratamiento.

“Uno de los principios del instituto es humanizar para poder sanar. Nosotros debemos permitir que los niños se acerquen a nosotros y nosotros acercarnos a ellos, y que vean al instituto, no [como su] hogar propiamente dicho, pero que lo sientan acogedor. Ya es un problema tenerlos hospitalizados por tiempos prolongados. Hay que recordarles que ellos son niños y que no deben desprenderse de los juegos y ocurrencias propios de su edad”, dice el doctor Sergio Murillo Vizcarra, jefe del Departamento de Hematología Pediátrica.

Por ahora, el INSN San Borja cuenta con ocho de estos vehículos en los pabellones de Trasplante de Progenitores Hematopoyéticos, Clínica de Día, Cirugía Pediátrica, Cirugía Quirúrgica y Unidad de Quemados. “Se prioriza usar este recurso en donde los niños llevan tratamientos un poco más complicados. A pesar de que no tenemos datos cuantificados, sabemos que este es un gran avance para mejorar la calidad de atención que se le brinda a los pacientes”, agrega el doctor Murillo Vizcarra.

Además, el médico resalta la importancia del cuidado de la salud emocional. “Es parte importante para la recuperación”, dice. Prueba de ello son Luana y Briana, que según sus padres y abuelos ya no padecen tanto a la hora de los tratamientos ni se concentran tanto en el dolor.

“Es muy importante la parte emocional de nuestros niños, que ellos no se olviden de eso. De repente en el momento de ponerles la aguja o el catéter, lloran y sufren, pero se les pasa el dolor y vuelven a su niñez. Es importante esto de los juguetes o los triciclos, y como digo, he visto que la parte emocional es un 50% del tratamiento”, afirma Nancy Aguilar Sánchez, madre de la pequeña Luana.


De izquierda a derecha: Nancy (madre) y Luana y Carmen (abuela) y Briana. Ambas mujeres cuidan de las niñas, que se han hecho inseparables, pues han empezado el tratamiento casi en simultáneo. (Foto: Bryan Albornoz)
De izquierda a derecha: Nancy (madre) y Luana y Carmen (abuela) y Briana. Ambas mujeres cuidan de las niñas, que se han hecho inseparables, pues han empezado el tratamiento casi en simultáneo. (Foto: Bryan Albornoz)

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Estas niñas son solo dos de las 20 mil atenciones mensuales que se realizan en el centro especializado. Ambas son de Ayacucho y se encuentran hace poco más de un año en Lima.

Luana llegó a la capital en agosto del 2018 y vive en la casa de un familiar en el distrito del Rímac con su abuela Carmen. Ella se encarga los 7 días de la semana, las 24 horas del día a cuidar a su pequeña y única nieta. “A ella le hablamos que está mal. Ella sabe que no puede comer dulces, frituras, ella sabe todo. Solo le hemos dicho que tiene que curarse para que regrese allá donde está su abuelito. A mi esposo le quiere mucho”, dice Carmen.

La otra pequeña de 4 años y 7 meses se encuentra en tratamiento desde noviembre del 2018 y vive con su madre Nancy también en la casa de un familiar. “Ella está en tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda B. Gracias a Dios está respondiendo bien, hasta el momento. Tiene algunas complicaciones pero es una niña tan fuerte, tan activa, tan optimista que saca fuerzas de donde no las tiene y me las transmite. Estamos bien, está tranquila”, dice.

El sueño de las niñas es cambiar los pasillos del hospital para poder jugar en algún parque, disfrutar del sol, de la brisa, de la playa o simplemente reunirse con toda su familia. Nancy y Carmen lo saben y cada día mantienen viva la esperanza de que ya falta poco para volver a casa.

  • Recuerda que con la donación de sangre puedes salvar tres vidas. Por cada 450 mililitros se obtienen hematíes, plasma y plaquetas que ayudan a adultos y a muchos niños como Luana y Briana a recuperarse.
  • Con miras hacia el futuro, el INSN San Borja planea implementar más y mejores estrategias para que los niños y adolescentes puedan sobrellevar los tratamientos y disminuir el dolor. Una de las herramientas que se planea utilizar es la realidad virtual.
  • Los pacientes que se atienden en el instituto son, en su mayoría, de las regiones de Lima, Piura, Junín, Lambayeque, Ica y Áncash. En promedio se realizan 800 atenciones diarias.
  • Las enfermedades más tratadas son: leucemia, malformaciones congénitas y cardíacas y quemaduras.



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